Primer día en las parcelas de Silgar: «Acomodador, dónde puedo ponerme»

Nieves D. Amil
nieves d. amil PONTEVEDRA / LA VOZ

SANXENXO

Los bañistas son reticentes a estrenar las zonas acordonadas y se agolpan en la orilla

06 jul 2020 . Actualizado a las 11:34 h.

Primer día de sol en Silgar. Once de la mañana y los primeros bañistas llegan a la playa para sacudirse la poalla del fin de semana. Como si de un guion marcado se tratase, todos paraban en la rampa de acceso, miraban hacia el arenal y buscaban un hueco con un rápido barrido visual. Aunque había sitio de sobra, había dudas. Y la mayoría acababan con una pregunta a los acomodadores o informadores de playa que este año ha puesto en marcha el Concello de Sanxenxo para garantizar la seguridad de los vecinos y de los visitantes. «Acomodador, dónde me puedo poner, tengo que reservar sitio en el Concello antes de llegar», decía una mujer que bajaba junto a su hijo. «No, puede ponerse donde quiera, pero tenga en cuenta que entre sombrilla y sombrilla debe de haber cuatro metros y que la marea sube», explicaba uno de estos informadores que llevan en su espalda escrito: ¿Puedo ayudarte? «Va a ser un verano largo, ese va a ser nuestro papel, el de informar, no tenemos autoridad para nada más, si hay algún problema tendremos que avisar a la policía», decía uno de ellos en este primer día de sol.

A pesar de que Sanxenxo empezaba a tener apariencia de julio y la gente tenía ganas de playa, la mayoría de los usuarios estaban fuera de las parcelas, manteniendo la distancia de seguridad. La primera y casi única parcela de cuatro metros cuadrados que se ocupó por la mañana era de una familia con movilidad reducida. El resto aprovecharon la marea baja y se colocaron delante de las divisiones. Es ahí donde surgirán los primeros problemas. «La gente se pone cerca del mar, pero cuando la playa esté llena y la marea suba, va a haber problemas para que se reubiquen guardando la distancia de seguridad y habrá que informar», explica el acomodador de playas, que cree que ese será el mayor quebradero de cabeza de este verano. «Cómo vas a decirle que se tienen que ir», explica uno de ellos. Así que cuando alguien le hace preguntas sobre el sistema de colocación, ellos advierten del riesgo que supone que todos se coloquen fuera de las zonas acordonadas.

Estarán durante todo el verano en Canelas, Montalvo, Areas y Silgar, la más masificada de todas y donde las parcelas ocupan más superficie. Desde primera hora de ayer todavía se descargaban estacas para instalar en una playa dividida ya en cinco sectores. Le quedan todavía semanas de perforaciones para dejar todo instalado. Pero ni el ruido de las maquinas que las colocan disuadieron a los bañistas de ir a la playa en el primer día de sol después de un fin de semana de lluvia.

Los vecinos de Sanxenxo ya conocen como se utilizan las parcelas, pero los turistas estaban sorprendidos y muchos preguntaban si había que pagar para estirar la toalla en una o si puede reservar a su familia que viene más tarde. «Muchos nos preguntan por eso, pero en cada parcela solo se puede poner una unidad familiar de cuatro personas y si son cinco pueden unir dos cuadrículas en sentido longitudinal», explica el acomodador. Los interesados formarán una especie de Tetris en los distintos sectores de la playa, numerados ya desde el acceso.

Sin papeleras, sin balón, sin palas

Este lunes no había problemas, pero los acomodadores temen la reacción de los bañistas en los días fuertes. «Nosotros le decimos que no hay contenedores de basura, tienen que llevarse sus cosas en una bolsa y tirarla al salir, no pueden utilizar la cuerda que delimita la parcela como tendal y tampoco jugar a las palas ni al balón», comentan los profesionales, que este verano serán informadores sobre el terreno. Algunos de ellos son personal laboral del Concello, que al estar la piscina cerrada estarán este verano en la playa de Silgar organizando a los bañistas para que, como dijo el alcalde de Sanxenxo, Telmo Martín, en su presentación, este año la seguridad sea el eje de la campaña estival. «Cuidado, por ahí no puede pasar, están trabajando», advierte el acomodador a quienes pasan por la zona donde están apiladas las estacas. Aunque este lunes arrancaron a las once de la mañana, prevén que a partir de la próxima semana entren una hora antes para empezar a ordenar la playa y «ayudar a mantener la distancia» en un arenal de acceso libre.