Sanxenxo ordena retirar sombrillas y tumbonas privadas de la playa de Espiñeira

Alfredo López Penide
López Penide SANXENXO / LA VOZ

SANXENXO

Playa de A Lanzada, en una imagen del verano del 2004
Playa de A Lanzada, en una imagen del verano del 2004 RAMON LEIRO

Veraneantes lamentan que «apenas deja un sitio mínimo a la gente que va desde hace veinte años»

10 jun 2021 . Actualizado a las 16:26 h.

Tras trascender las quejas de usuarios de la playa de Espiñeira sobre la presencia ya de tumbonas y sombrillas privadas antes de que el servicio de alquiler sea adjudicado, el Concello de Sanxenxo confirmó que ordenaría al responsable a que procediera a retirar las piezas. Fuentes municipales precisaron que se trata de un arenal que se comparte con el vecino municipio de O Grove, de tal modo que la mayor parte de enseres se ubican en la zona que se corresponde con este segundo concello, por lo que Sanxenxo solo puede exigir que se retiren los que se encuentran en su parte de la playa.

Añadieron que el responsable de estos bultos de sombrillas y tumbonas es uno de los adjudicatarios provisionales del servicio. De este modo, recalcaron que hasta que no se apruebe definitivamente el listado final no se podrán ubicar los servicios de alquiler en las playas dependientes del Concello de Sanxenxo.

La decisión adoptada, en todo caso, se produce después de que usuarios habituales de esta playa situada en la zona más occidental de A Lanzada denunciasen la proliferación «de tumbonas y sombrillas privadas, que el año pasado 2020 costaban 15 Euros por día y por una pareja, concretamente una sombrilla y dos tumbonas». Las quejas no se circunscriben al precio, «muy elevado», sino a que «ocupan una zona enorme de la playa (que siempre fue pública) y apenas deja un sitio mínimo a la gente que va desde hace veinte años. Cada vez está peor y más impracticable esta joya natural», lamentan.

Esta situación, según añaden, provoca que «los que no quieran usar las tumbonas a precio astronómico tienen que ir a lugares apartados cada vez más y más minúsculos». De igual modo, critican que estén colocadas «justo a la salida de las principales vías de estradas y escaleras».

Todo ello, afirman los afectados, se ha venido agravando en los últimos tiempos hasta el punto de que «la situación es tan caótica que, año tras año, la atmósfera de violencia sube, sobre todo, cuando llegan los alumnos de la escuela de surf». Y es que, «literalmente, no queda sitio para la gente que quiera ir a la playa sin pagar (como toda la vida)».