Mbappé quiere ser el nuevo heredero de la corona mundialista

QATAR 2022

DPA vía Europa Press | EUROPAPRESS

Persigue la estela de Pelé, el único futbolista que ganó dos Mundiales antes de los 24

18 dic 2022 . Actualizado a las 12:50 h.

«Es mi obsesión. He planificado toda la temporada pensando en este torneo». Kylian Mbappé va en serio en Catar. Quiere la tercera estrella para Francia. Quiere ser el nuevo rey del mundo. Está a las puertas de conseguir algo que tan solo ha logrado Pelé. Si logra su segunda Copa del Mundo le arrebataría a O Rei el honor de ser el único que ha conseguido ganar un par antes de cumplir los 24 años. No obstante, esa no sería la primera que le iguala. En Rusia 2018, en la final ante Croacia, el delantero anotó el cuarto tanto. Por aquel entonces tenía 19 añitos. Se convirtió, así, en el primer menor de 20 años en conseguir tres goles en una Copa del Mundo. Nadie lo había conseguido desde Pelé en 1958.

El astro francés crece muy deprisa. Ahora, al borde de cumplir 24, ya es el máximo goleador a esa edad de la historia de los mundiales. Suma nueve tantos —en 12 partidos—. Pelé había anotado siete, y Leo Messi y Cristiano Ronaldo, tan solo uno. Sin embargo, el cinco veces campeón de la liga francesa, no está siendo capaz de mantener la buena dinámica con la que arrancó el campeonato. Fue de doblete en doblete. Puso su nombre encima de la mesa de los candidatos para ser el MVP en Doha. Comenzó con un gol y una asistencia ante Australia. Le siguió un doblete ante Dinamarca y otro ante Polonia.

Pero su racha se frenó en seco en cuartos. Como si su pólvora se hubiese mojado. De repente. Ni frente a Inglaterra ni frente a Marruecos consiguió marcar —asistió a Kolo Muani en el duelo de semis contra el combinado africano—. No tiró a puerta. Dejó detalles, pero su rendimiento se vio disminuido. Ha dejado de lucirse por completo. Un aspecto que contrasta con Leo Messi, que sí ha sido decisivo para Argentina. Les Bleus, una selección que mete miedo, han demostrado que pueden brillar sin él al 100 %, pero su actuación hoy será vital.

Un velocista nato

Si hay un don que tenga el parisino es el de la velocidad. Mbappé llega a un pico de entre 36 y 37 kilómetros por hora —Usain Bolt alcanzó una velocidad tope de 44 kilómetros por hora cuando rompió la marca en el Mundial de Atletismo de Berlín 2009—. En los partidos contra Australia y Polonia llegó a los 35. Además, su disparo en el segundo gol ante el conjunto de Michniewicz superó los 110 km/h. Increíble.

Tras el duelo ante la escuadra de Lewandowski habló por primera vez ante los medios. Hasta ese momento, ni una rueda de prensa. Ni una frase. Se negó a salir después de haber sido nombrado mejor jugador del partido. Le costó una sanción a la selección. Él asumió la multa y la federación francesa demostró el mimo con el que trata a su gran estrella, dejando una actitud bastante cuestionable. Mientras, el propio futbolista se escudó en «la necesidad de estar concentrado y de no perder energía en otras cosas».

¿El futuro o el presente?

Mbappé debutó con el Mónaco con 16 años. Desde entonces, ha marcado 250 goles. 53 más que Messi y 118 más que Cristiano a esa edad. El vendaval parisino es una realidad. En este torneo está superando las expectativas. De los 3,72 xg (goles esperados), ha metido un total de cinco. Ha cuajado 64 regates, siendo el primero que más hace. El segundo es Messi, con cinco menos. Además, es el jugador que más toques ha dado en el área de penalti: 44.

Su punto negativo es el apartado defensivo. A diferencia del argentino, que sí ha colaborado, Mbappé tan solo ha realizado una acción defensiva en 477 minutos (0,19 por partido). El parisino no tiene la batuta de su selección. Sino que es Griezmann el encargado de conducir el juego francés, el que lo decide todo. Aún a la sombra de la Pulga en ciertos aspectos, sus cifras en los mundiales asustan.

Desequilibrante, potente, veloz y con un gran olfato goleador. Kylian Mbappé acudió a Catar para demostrar que quiere ser el número uno. Lidera a una generación de jóvenes futbolistas que quieren hacer historia de la mano de los eternos veteranos revalidando su título. El parisino necesita su Mundial. Lo anhela. Tiene la receta del éxito y quiere aplicarla. En Francia se encomiendan a él para esta misión tan trascendental. Ya tienen preparado el champagne. Por lo que pueda pasar. Que empiece el espectáculo.