El curriculum digital gallego que quiere competir con LinkedIn

RED

MABEL RODRÍGUEZ

La compañía Manfred propone un sistema para sincronizar los datos en cualquier plataforma de búsqueda de empleo. David Bonilla está al frente de esta agencia de recursos humanos formada por programadores

03 oct 2022 . Actualizado a las 14:40 h.

La búsqueda de empleo en internet es toda una aventura. Una travesía por decenas de plataformas que obligan al usuario a introducir una y otra vez sus datos personales. Añadir manualmente estudios, experiencia, idiomas, habilidades o un porfolio. Un rastro de información que además queda desactualizada con el paso del tiempo y obliga a repetir el proceso. Para remediarlo, una empresa gallega se ha propuesto impulsar el currículo digital y universal. La idea es clara: una sincronización automática de datos entre las diferentes plataformas.

Manfred, la compañía que hay detrás, trabaja en un nuevo servicio para que los usuarios puedan crear un currículum en su página que luego se actualice automáticamente en el resto de sitios. Además, da la posibilidad de crear versiones diferentes, adaptadas a cada de proceso de selección. Otra de las ventajas es que el candidato tiene el control sobre su propia información. Lo explica brevemente David Bonilla, fundador de la compañía: «Cuando subes tu currículo por ejemplo a Linkedin, tus datos dejan de ser tuyos, literalmente», advierte. Lo mismo ocurre cuando los mandamos por correo electrónico: «Cuando envías tus datos en formato PDF pierdes el control de quién lo ha visto, si lo han abierto, si le ha interesado. Y además queda siempre desactualizado porque tú vas sumando experiencias y ahí no se reflejan», explica de nuevo Bonilla. La propuesta de Manfred radica en que el candidato también pueda conocer lo que hace la empresa con sus datos y permite saber hasta qué línea del documento han leído o incluso en qué parte se han fijado más. La herramienta ya está disponible en su página web y cualquiera puede introducir sus datos de forma gratuita para exportarlos luego a donde quiera, aunque la posibilidad de sincronización con el resto de gigantes del sector es un proceso «todavía en camino».

 Programadores

Este currículo inteligente es solo la punta del iceberg de los servicios de Manfred, que en la práctica es una compañía de recursos humanos especializada en el sector tecnológico. Su origen es similar al de muchas otras empresas que triunfaron a golpe de resolver problemas. «Creamos el servicio que habíamos querido tener y que no encontrábamos», resume brevemente Bonilla, que en el 2018 se puso manos a la obra para tratar de arreglar algo que veía en primera persona: decenas de tecnológicas que no encontraban profesionales cualificados para sus vacantes.

De esa necesidad nació Manfred, cuyas filas están formadas por programadores y no por técnicos de recursos humanos. La filosofía de la compañía es, además, poco habitual. Para ellos, el mercado de oferta y búsqueda de empleo es un intercambio con dos partes beneficiadas: el trabajador por encontrar un puesto, pero también la empresa, necesitada de captar el talento que le permita crecer. Una relación de iguales en un sector, el digital, donde el recurso escaso no son las vacantes, sino precisamente los empleados. «Las industrias que generan mayor valor añadido tienen el conocimiento como materia prima. Por eso hay una competencia de talento brutal, porque lo necesitan», explica Bonilla. Conseguirlo es la tarea de esta empresa de ADN gallego que desde el primer momento exige a las compañías que los necesiten para contratar personal que especifiquen el salario, las funciones exactas del puesto, o en qué consistirán las pruebas de selección. Un ejercicio de transparencia que tiene como objetivo convencer a cualquier potencial trabajador. «Cuando tú estás contratando, no estás comprando, estás vendiendo tu proyecto a gente que podría trabajar en otro sitio», asegura Bonilla. La idea podría parecer poco innovadora, pero resulta serlo en un mercado, el de este tipo de agencias, «enorme, opaco y oscuro», de nuevo según Bonilla.

La apuesta del gallego por este modelo de negocio surgió a raíz de la newsletter sobre el sector tecnológico que firma y envía a miles de personas cada domingo y desde el 2011, la Bonilista (que puede leerse semanalmente en La Voz). Allí llegaban por aquel entonces empresas deseosas de pagar por promocionar sus ofertas de trabajo en una lista de correo repleta de profesionales de las TIC. Ese fue el germen de Manfred, que más tarde pasó a ser un grupo de Telegram con suscriptores, y se convirtió en agencia en diciembre del 2018 cuando cerraron su primer proceso de selección.

Desde entonces, han ido creciendo con un modelo de negocio basado en que si un candidato acepta una oferta a través de su plataforma, Manfred se lleva una comisión del 15 % del salario bruto del primer año. Ellos mismos ponen un ejemplo en su página web: si un empleado firma un contrato con un sueldo de 50.000 euros, le cobraremos 7.500 a su nueva empresa. ¿Les compensa el desembolso a las compañías? La demanda de empleo tecnológico creció un 7,4% este junio respecto al mismo mes del 2021 y apunta a un cierre de año con un récord de más de 100.000 contrataciones en el sector. Además, la llegada de fondos europeos para impulsar la transformación digital de miles de empresas ha levantado un número enorme de proyectos que necesitan de profesionales para ejecutarlos. Y para cazar ese talento, Manfred también exige a las compañías que quieran trabajar con ellos un mes de plazo con «exclusividad». Mientras cuenten con sus servicios no podrán contar con nadie más: «Intento entender de verdad lo que necesita la empresa y para eso necesito tiempo», explica Bonilla. Recorrer su página web permite comprobar que todas y cada una de las ofertas incluyen el sueldo, las habilidades que requiere el puesto, cuánto tiempo se permite el teletrabajo e incluso cómo será el proceso que un empleado vivirá en la propia empresa una vez sea contratado.

Parte del equipo de desarrolladores de Manfred.
Parte del equipo de desarrolladores de Manfred.

Cuando empezaron, obligar a estas empresas a incluir el salario exacto en las ofertas de trabajo les puso las cosas cuesta arriba: «Hemos perdido muchísimos clientes potenciales por eso, pero es una cosa que nos autoimponemos desde el primer día porque nos parece que tiene sentido. Es como ir a comprar un coche y que no te digan el precio. Te irás a otro concesionario». A la idea ha sucumbido también un gigante como Microsoft que anunció este verano que a comienzos del año que viene hará públicas las horquillas salariales para todas sus ofertas de empleo en Estados Unidos, en un intento por mejorar la transparencia. Un movimiento que llegó precisamente después de que el estado de Washington, donde la compañía americana tiene su sede, aprobase una ley que obligará a toda empresa de más de 15 empleados a publicar los sueldos de cada vacante.

Internacionalización

Toda esta idea de negocio le ha valido a Manfred alcanzar cifras de facturación bastante señalables. Unos 2 millones de euros facturó la compañía el pasado año, con una plantilla que supera ya los 40 trabajadores. «Hasta ahora, cada años solemos doblar beneficios y plantilla, pero somos conscientes de que cada vez será más difícil», admite Bonilla. Tan atractivo es el potencial de la empresa, que el grupo tecnológico Sngular la compró a principios del 2020, con apenas un año de vida. Las cifras de la operación no se hicieron públicas, pero la venta se saldó a cambio de una cantidad calculada como un múltiplo del EBITDA de Manfred en el 2019 (unos 250.000 euros). A pesar de eso, la compañía gallega sigue funcionando como entidad independiente, con su propio equipo y clientes.

De cara a los próximos meses tienen la vista puesta en la expansión internacional, aunque no es una tarea sencilla. «La búsqueda de talento es un negocio parecido a un portal de ventas en internet. Tienes ofertas porque tienes candidatos y tienes candidatos porque tienes ofertas», explica Bonilla que continúa: «Abrir un país o un nicho no es tan sencillo como decir hola, estoy aquí, porque tienes que conseguir una de esas dos partes para atraer a la otra».