Uruguay, a certificar su presencia en la segunda fase

La Voz

RUSIA 2018

MARKO DJURICA | REUTERS

Se mide a una Arabia Saudí con el susto en el cuerpo tres el accidentado viaje a Rostov

20 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Efemérides, sustos y números definitivos. En esa trilogía se mueve el preámbulo del Uruguay-Arabia Saudí, el partido que puede clasificar matemáticamente a los charrúas para los octavos de final (sería la tercera vez consecutiva) y mandar a casa a la selección que peor imagen ha dado hasta ahora en el Mundial, y que afronta el partido después de llevarse su soberbio susto en el vuelo que los trasladaba a Rostov al incendiarse uno de los motores del avión.

Era lo que le faltaba a la cenicienta de la Copa del Mundo, que después de encajar cinco goles en el partido inaugural y de deambular por el campo llega al encuentro definitivo todavía bajo los efectos del susto y con el vídeo del motor incendiado convertido en fenómeno viral. Mal augurio para la tropa de Pizzi y en teoría el mejor escenario para que Uruguay culmine la primera parte del trabajo que le llevó hasta Rusia, superar la primera fase. Lo harían en un día de celebraciones, porque Luis Suárez cumple 100 partidos con la celeste y Muslera, el portero, se convierte en el uruguayo con más partidos en un Mundial (13) empatado en el mítico Ladislao Mazurkiewicz, otro guardameta con tres mundiales encima.

Suárez, el jefe absoluto de la selección sudamericana, no tuvo su mejor día en el estreno. El delantero del Barcelona falló tres ocasiones clarísimas de gol y solo Giménez, en un lance de estrategia postrero, evitó el empate ante una ordenada selección egipcia. «Quizás no hizo un gran partido contra Egipto, pero su potencialidad está intacta. El fútbol es un asunto de seres humanos, no son máquinas», comentó ayer el seleccionador para defender a su estrella.

El partido ante Egipto quizás invitó a reflexionar al maestro Tabárez, que en el estreno apostó por un centro del campo combinativo con los jugadores emergentes con pasado en la subcampeona del mundo Sub-20, y terminó ganando con un cabezazo, algo muy propio de una de las selecciones más combativas del planeta. Por eso no se descartan cambios en la sala de máquinas para esta tarde. Dos clásicos como el Cebolla Rodríguez o Carlos Sánchez podrían tener un hueco de inicio.

Músculo para derribar a una Arabia Saudí que más allá del resultado está obligada a cambiar su imagen y hacerse acreedora a disputar un Mundial, algo que quedó en duda el pasado jueves. Curiosamente, aunque el fútbol uruguayo está muy por delante del saudí, los de Tabárez nunca le han ganado: una derrota en el 2002 (3-2) y con empate en 2014 (1-1) es el bagaje por el momento. Cosas del fútbol.