Observo en las paredes del acceso a las oficinas del Obradoiro y el Santiago Futsal, en el Multiusos de Sar, espectaculares fotografías de grandes conciertos celebrados en el circular pabellón y me da un ataque de nostalgia, primero, y de frustración, acto seguido. Esas fotos llevan, junto a los artistas de relumbrón que se haría largo citar, fechas de dos lustros atrás. Y todos recordamos los grandes conciertos en el auditorio del Monte do Gozo durante los Xacobeos de vino y rosas, hoy improbables en aquel formato macro sostenido por fondos públicos. Y vuelvo sobre el calendario de conciertos de este verano en Galicia y constato una evidencia que no es solo estival, sino que recorre el calendario anual, no solo de este 2017, ya viene de atrás: Santiago no existe en la programación de grandes espectáculos en Galicia. A Coruña y Vigo ganan por goleada. La centralidad de Compostela y su accesibilidad desde el norte y el sur, junto a su tradición cultural, pusieron base hace unos años a la lógica iniciativa de convertir a la capital en el primer escenario de Galicia, capaz de situar a la comunidad en el circuito de grandes eventos a nivel no solo español, sino internacional. Humo. La realidad es descorazonadora. Quienes tienen que enfilar la autopista son los compostelanos. No hay iniciativa institucional para promover o apoyar la promoción de espectáculos de gran tirón. El todo gratis y promocionar a los de casa está muy bien y es necesario, pero no basta. Y otros que podrían contribuir a devolver el brillo, como el propio Multiusos, están atenazados por la propia inseguridad en la gestión a medio plazo. No se programa de un día para otro. Hoy, Sabina en A Coruña.