Idoia Camiruaga, arquitecta del Consorcio: «No solo somos rehabilitación y la exposición muestra lo que somos»

R. Martínez SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

C. VILLAVERDE

El organismo hace un repaso de su actividad en Fonseca y en la Casa do Cabido

29 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El Colexio de Fonseca y la Casa do Cabido muestran estos días 25 años de historia de la ciudad: la que construyó en el último cuarto de siglo de la mano del Consorcio. El organismo está de aniversario y lo celebra mostrando el conjunto de las iniciativas que ha gestionado e impulsado bajo el mandato del Real Patronato, que aúna a las Administraciones central, gallega y local en torno a Compostela bajo la presidencia de la Corona.

Han sido 25 años de transformación de la ciudad, y no solo por el acceso a nuevas infraestructuras y equipamientos, sino, y sobre todo, por su capacidad para mirarse en su casco viejo y poner las bases para su rehabilitación y mantenimiento con un cuidado que se ha convertido en referente. Y el organismo interadministrativo ha sido determinante en ese mimo por el patrimonio, pero también en su aporte en equipamientos, «en infraestructuras de las que la ciudad carecía y que necesitaba para servir como capital de Galicia», refiere Idoia Camiruaga, arquitecta del Consorcio y comisaria junto con Juan Conde Roa de una exposición que se mantendrá hasta finales de septiembre. La Casa do Cabido, comisariada por Conde, concentra la parte más institucional con documentos e imágenes de la reactivación del Real Patronato, la creación del Consorcio, sus impulsores y quienes les han ido dando el relevo, así como de la Filharmonía.

La del Colexio de Fonseca, dirigida por Camiruaga, es un compendio de la presencia y la huella del Consorcio en la ciudad guiada por el PXOU de los años 90 y el Plan Especial del casco viejo: desde el plan puente de rehabilitación al multiusos de Sar, el Palacio de Congresos, un tramo del periférico, la finca de Vista Alegre, sus acciones formativas y las zonas verdes en las que intervino y que van perfilando ese cinturón verde que se pretende para Compostela. «Ha sido la apuesta por una ciudad con calidad», dice Camiruaga, una ciudad que sin el Consorcio sería hoy «muy distinta, creo que sería menos habitable, menos preparada para el futuro, menos moderna».

El casco histórico es sin duda la joya de la corona sobre la que ha pivotado el consenso interadministrativo, pero las actuaciones externas tampoco le han sido ajenas. «Los problemas de la ciudad histórica encuentran su solución fuera de la ciudad histórica», afirma la comisaria de una exposición cuyos paneles explicativos conviven con la parte de una galería de madera real y varias losas de granito, elementos básicos en el trabajo del Consorcio, que antes de la aprobación del Plan Especial tuvo que demostrar que era viable que sus viviendas funcionasen como viviendas modernas: «Se aportó una forma de rehabilitar que no existía».

Esa galería pretende evidenciar las afecciones de la falta de mantenimiento y hacer visibles las ventajas de este: con él, la rehabilitación «sería solo energética y de accesibilidad». Pero más allá de la resistencia de los materiales tradicionales, un panel dedicado a las galerías entra también en sus ventajas. «Es una máquina de clima estupenda, casi perfecta», dice, y defiende que el modelo funcional del casco histórico no solo ha demostrado ser resiliente, sino que puede ser exportable al resto de la ciudad.

El Consorcio ha actuado en mayor o menor medida en todos los monumentos de la ciudad y en buena parte de los del municipio. «Y hemos encontrado mucho patrimonio» que no estaba a la vista. «Desde ese punto de vista hemos enriquecido el patrimonio de la ciudad». Pero si bien apunta que la creación en Santiago de un centro de referencia formativa en rehabilitación tiene que ver con el hacer del Consorcio en ese ámbito, también dice que «no solo somos rehabilitación», y la muestra «en parte es para que se vea lo que somos».

La protagonista. Idoia Camiruaga, arquitecta del Consorcio de Santiago.

Muestra de aniversario. Camiruaga dedicó varios meses a la muestra que el Consorcio expone en Fonseca y la Casa do Cabido.