El Obra tenía una complicada tarea ayer en el Palau. Para empezar, necesitaba imponer el número de posesiones al que se jugaría el partido. El Barcelona venía de disfrutar de 77 posesiones por encuentro en Liga ACB mientras que el Obra no llegaba a 68, y para dificultar aún más la posibilidad de victoria los catalanes lograban acabar sus posesiones en lanzamiento un 90 % de las veces mientras que el Obra solo alcanzaba el 84 % en esta faceta. Una de las vías más rápidas para compensar este desequilibrio la apuntaba Moncho en la previa: «Mejorar y ser muy duros en el rebote», limitar el número de balones perdidos y aumentar ese 84 % de posesiones que finalizan en tiro, sobre todo en este inicio de temporada en el que el equipo atesora 1,08 puntos por tiro de campo. El Obra cumplió en este aspecto, concedió únicamente 73 posesiones en contra y 66 tiros de campo, a pesar de ser un número demasiado alto tuvo a su favor 74 posesiones y 63 tiros. Por ahí todo equilibrado, pero ante un acierto de casi 1,40 puntos por tiro como el del Barcelona ayer, fruto de situaciones defensivas demasiado favorables para el rival y de la tremenda superioridad física, hay poco que hacer, y menos aún si el Obra se queda casi en la mitad, 0,74 puntos por tiro, cifra absolutamente insuficiente para poder ganar un partido en esta liga.