Suena otra vez el motor en el corazón de la zona nueva

Xosé manuel cambeiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

ABRALDES

Tras años añadiendo y trasquilando usos en el ex colegio Peleteiro, la nueva cartera de pedidos urbanística fija más usos por aquí y menos por allá

22 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Los tiempos mudan y las necesidades caminan a la par. Tras años añadiendo y trasquilando usos en el ex colegio Peleteiro, la nueva cartera de pedidos urbanística fija más usos por aquí y menos por allá. Los mismos, pero danzando a lo largo de las décadas y con sentencias por medio. Ahora Jorge Duarte le mete la tijera al comercio y estira la residencia. En ese tango que es la vida del viejo Peleteiro las ideas brotaron como setas que, a la postre, se secaron con la crisis inmobiliaria. Y llegan más setas en una zona vocacionalmente de Rolex. Una vocación que no se perderá.

El caso es que los ríos de tinta que regaron la operación Peleteiro en las últimas décadas, y quizás contribuyeron a colapsar la vieja depuradora, solo han conseguido legarle al Ensanche un tremendo hueco que tiene visos de perdurar en el tiempo. Ya la familia Peleteiro es un recuerdo sepia en ese inmueble que le puso un prestigioso marbete estudiantil a varias generaciones de compostelanos. Bien disciplinados, por cierto.

  

¿Se acuerdan del «motor» del Ensanche? El Peleteiro iba a serlo, y de varios caballos. Pero el octanaje de antaño no circulará por el nuevo proyecto, en donde el comercio pierde fuelle. Es de suponer que lo pierde con el beneplácito del sector, que veía con un hormigueo en el cuerpo los planos holgados que la administración iba trazando en el Hórreo y en la República Argentina. Los trazos nuevos muestran un ropaje más de andar por casa, un comercio de menor tamaño.

No obstante, como no se puede arrojar por la borda el ilusionante caballaje que iba a hacer funcionar el Peleteiro de hace tres lustros, Raxoi pretende rectificar el motor. Aunque con menos potencia, dispondrá de la suficiente energía y capacidad (uno de los espacios reúne 2.000 metros cuadrados) para tirar del vehículo comercial. No será un bólido, una gran área, y además ocupará la planta baja sin pretensiones rampantes. No hará falta ascensor para comprar.

Y si a los futuros residentes les convence la variada expendeduría de abajo, los comerciantes disfrutarán de una clientela en el propio inmueble muy superior a la que iba a censar Bugallo. Y heterogénea. Las paredes del Peleteiro albergarán bastantes más viviendas, con una representación de pisos protegidos. La verdad es que suena raro hablar de viviendas protegidas en la rúa República Argentina, en el meollo de lo prohibido y besando la milla de oro. Toca sacudir la cabeza, sin dañarse, para asimilarlo.

Respiradero

Lo que debe tener en cuenta Raxoi, y así parece, es que este hueco urbano propicia un respiradero de calidad frente al hormigón. Y una animada ágora social. El diseñador puede hacer primores.

El enorme hueco del Peleteiro es una posibilidad única de ponerle sal y pimienta a un barrio urbanísticamente soso y encajonado. Esa ocasión, la pinten calva o velluda, no puede desaprovecharse. La luz de los patios de manzana, tan ansiada para iluminar lo público, solo alumbra lo privado. Muchas voces gritan el Ensanche casi como un insulto urbanístico, frente al orgásmico ¡ohhh! que inspira el casco antiguo. Compostela no merece esta confrontación, por la honra de la propia zona nueva y porque el cruce de la frontera hacia el Ensanche puede hacerles perder la fe a los peregrinos que han salido del entorno catedralicio.

La humanización emprendida por Estévez repartió cierta alegría y salud urbanística por las calles. Su sucesor, en plan «Ensánchez Bugallo», horadó el ámbito para enterrar los coches y proseguir en la superficie la labor de vitalizar las rúas, Ángel Currás puso su grano de arena y Agustín Hernández incrementó el arenal con Carreira do Conde.

Aparte de agregar más eslabones en la modernización en los espacios, le corresponde a Martiño Noriega abrir un horizonte redondo sobre la cuadratura del viejo Peleteiro. Al menos ha de poner las bases para el desarrollo del ámbito colegial y aguardar acontecimientos que no amarilleen el calendario de tramitación y ejecución. El Ensanche es un proceso por pasos, y hay que dar aún unos cuantos sondeando nuevos atractivos. ¿Caben peatonalizaciones, por ejemplo, o se cerró el grifo sin goteos?