Un gran puente panorámico, entre las ideas para conectar mejor la ciudad con el Gaiás

La avenida de Lugo, que es una pieza más del periférico de Santiago, y la vía de tren que discurre en paralelo, forman la gran brecha física y psicológica que rompe la permeabilidad entre el centro de la ciudad y las zonas del Sar y el Gaiás. Es un diagnóstico compartido por los alumnos internacionales de arquitectura que el pasado verano participaron en una estancia convocada por la Fundación Compostela Arquitectura, consagrada en esta ocasión a realizar propuestas para mejorar la conexión peatonal entre el caso histórico y el complejo de la Cidade da Cultura. Y de ese brainstorming salieron ideas para dar y tomar. Desde la creación de una señalización específica hasta una senda cultural, pasando por el proyecto río verde o un gran puente panorámico que se extendería entre la base del Seminario Menor y el parque de Sar, salvando en altura la barrera de la avenida de Lugo y la vía ferroviaria.

Las aportaciones realizadas por los estudiantes de arquitectura no cayeron en saco roto, ni mucho menos, pues desde la Fundación Cidade da Cultura han aprovechado todo ese trabajo de base para analizar diferentes soluciones que permitan mejorar la conexión peatonal entre la ciudad histórica de Santiago y el monte Gaiás.

Es una tarea que se está abordando en línea con el plan de accesibilidad al complejo de la Cidade da Cultura y que incluye, como actuación de mayor dimensión, la nueva conexión con la Autopista del Atlántico que se está construyendo en estos momentos y cuyas obras se prevé que concluyan hacia finales de año. Otro elemento que redundará en el cierre de la concepción del Gaiás, y por extensión en su accesibilidad, es la construcción del edificio Fontán, que cubrirá el gran boquete que hay ahora mismo abierto en medio del proyecto concebido por Peter Eisenman.

El acceso peatonal al monte Gaiás es, pues, una pieza más del plan de accesibilidad a la que hay que dar respuesta y que, además, está muy condicionado por la orografía del terreno, el sistema de propiedad y las barreras que suponen las grandes arterias de comunicación. Los alumnos convocados por la Fundación Compostela Arquitectura trabajaron durante su estancia organizados en dos grupos: uno se concentró en la mejora de las conexiones peatonales ya existentes, y el otro trazó proyectos para crear accesos más directos.

En este último equipo destacan los proyectos de las rusas Maria Makarenko y Lukeria Batalova. Ambas acaban proponiendo la construcción de un puente o pasarela peatonal para enlazar la zona del parque de Belvís con las Brañas de Sar.

La primera de ellas, autora del Green River Project (Proyecto Río Verde), sostiene que esto ayudaría a percibir el Gaiás como una pieza más de un corredor verde que empezaría en la plaza del Matadoiro, cerca de la Porta do Camiño, con el nuevo acceso que se construiría al parque de Belvís. La propuesta de la segunda pivota sobre el puente panorámico sobre la avenida de Lugo, que derivaría después en dos corredores hacia el Gaiás.

Junto a estas propuestas hay otras como la del indio Selvin Varghese, que plantea crear una especie de corredor artístico de acceso al Gaiás, marcado por varios espacios para exposiciones de nuevos valores, o la de Ivan Potapenko, que sugiere delimitar el recorrido peatonal con línea de mármol blanco entre el Obradoiro y el Gaiás para que el visitante no pierda el rumbo jamás.

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