La falta de policías locales reaviva el botellón

Xurxo Melchor
xurxo melchor SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

PACO RODRÍGUEZ

La negativa de los agentes a hacer horas extra hasta que Martiño Noriega acepte las mejoras sociales que le demandan hace que muchas noches no haya más que una patrulla disponible

19 ene 2019 . Actualizado a las 23:28 h.

Tras años de arduo trabajo, la Policía Local había logrado erradicar casi por completo el botellón de las calles de Santiago. El exhaustivo control durante las noches de movida también mantenía a raya otros desmanes como los excesos horarios y aforo en los locales de ocio, las peleas a las puertas de las discotecas, los ruidos en la calle y las fiestas en los pisos. Problemas que se han reavivado en los últimos meses por la dramática falta de policías locales en el turno de noche provocada por la negativa de los agentes a hacer horas extra mientras el alcalde, Martiño Noriega (Compostela Aberta), no acepte sus reivindicaciones de mejoras sociales que lleva casi siete meses negándoles.

De no haber apenas problemas con el botellón hemos pasado a verlo reaparecer en el campus sur de la universidad y en pleno Ensanche, donde está provocando serios problemas de convivencia en la calle Alfredo Brañas y en una de las galerías de la Rúa Nova de Abaixo, frente al pub Central Perk.

A esta lista de puntos conflictivos hay que añadirle las calles Fernando III O Santo y Santiago de Chile, donde están ubicados los pubs Stylo y TNT, que abren hasta altas horas de la noche y en los que son frecuentes las quejas de los vecinos por ruidos, peleas, destrozos y otras molestias. Problemas que también se registran en las dos calles afectadas por la actividad de la discoteca Ruta: Curros Enríquez y Pérez Constanti. En Alfredo Brañas, además del botellón, hay que sumarle los numerosos incidentes derivados de contar con una de las mayores discotecas del centro de Santiago, La Facultad -la antigua Liberty-, a la que el gobierno local de Compostela Aberta acaba de autorizar un incremento de aforo para situarlo entorno a las 700 personas.

Antes del conflicto de la Policía Local, lo normal era que las noches más conflictivas, las de los jueves, viernes y sábados, el cuerpo municipal desplegase entre seis y siete patrullas en las calles. Es decir, hasta catorce agentes. Ahora mismo eso es algo imposible. Muchísimas noches tan solo hay una patrulla y, como mucho, son dos las que están operativas los días de mayor exigencia por la movida nocturna.

El efecto de esta drástica reducción de policías locales en las calles durante las noches es perfectamente cuantificable. Por ejemplo, en la madrugada del sábado al domingo de la semana pasada quedaron sin atender una veintena de servicios. Los ciudadanos que llamaron al cuerpo municipal tuvieron que ser derivados a la Policía Nacional y a la Guardia Civil.

Esa misma situación se dio el sábado, día 12, por la mañana. La resaca de la fiesta nocturna se saldó con varias peleas que tampoco pudo atender la Policía Local. También se quedaron sin cubrir una quema que dificultaba el tráfico y había riesgo de accidente en una carretera y un vecino que no podía salir de su garaje porque alguien había aparcado en la salida no respetando la señal de vado permanente.

El cuerpo municipal también tiene constancia de que la falta de efectivos está siendo aprovechada por muchos locales de ocio para saltarse las normas. «Non hai control e iso o están a aproveitar algúns, que non están pechando á hora, exceden os aforos e non controlan nin os ruídos na rúa nin que se saquen consumicións ás beirarrúas. É un desastre e unha pena, despois do moito que levamos traballado para controlar a noite», explica un agente. La situación es límite y no tendrá solución hasta que el gobierno local no negocie una solución con los policías locales.

La comisaría retoca su dispositivo para atajar los desmanes de la movida nocturna

La falta de policías locales en las calles no solo se está dejando notar en forma de resurgimiento del botellón o en el incremento de problemas de convivencia en la zona del Ensanche por situaciones derivadas de la movida nocturna como son los ruidos, las peleas o los destrozos. También tiene un efecto directo en la coordinación del cuerpo municipal con la Policía Nacional, que es fluida y que siempre ha funcionado muy bien.

Ese trabajo conjunto de control de la movida ya no es posible porque apenas hay agentes municipales en las calles. Una circunstancia que ha obligado a la comisaría de la Policía Nacional ha retocar sus turnos y horarios de trabajo para poder atender las incidencias que antes cubrían sus compañeros de Raxoi.

De este modo, el comisario compostelano, Félix García, ha tomado medidas para que el turno de noche de la Policía Nacional prolongue su jornada hasta las ocho de la mañana en los días más conflictivos: los jueves, los viernes y los sábados. Es la respuesta a una situación que se estaba descontrolando por completo. No en vano, desde que comenzó el curso universitario se han incrementado en más de un 15 % las peleas que ha tenido que atender la comisaría, la gran mayoría de ellas a las puertas de discotecas y pubs del Ensanche.

El sobreesfuerzo que va a realizar la Policía Nacional para intentar suplir las carencias de la Local se topa con la falta de efectivos que también padece la comisaría, que tiene fijada una plantilla de 278 agentes pero tiene más de sesenta plazas sin cubrir, según los datos del Sindicato Unificado de Policía (SUP), el mayoritario tanto en Galicia como en toda España.

En la Policía Local la plantilla actual es de 136 agentes, muy lejos de los 173 con los que debería contar para cumplir con el decreto 248/2008 de la Xunta, que establece una ratio de un policía local por cada 556 habitantes. Esa cifra tan solo se alcanzó con Xosé Sánchez Bugallo (PSdeG-PSOE) en la alcaldía de Raxoi. Tanto con el Partido Popular como ahora con Compostela Aberta la situación no ha hecho más que empeorar. Y el futuro inmediato es aún menos halagüeño, porque la previsión es que en los próximos tres meses causen baja otros 19 agentes, 17 que se acogerán a las nuevas jubilaciones anticipadas que ha aprobado el Gobierno para estos funcionarios y otros dos que estaban en comisión de servicio en Santiago y que tendrán que regresar a sus puestos de origen en Caldas de Reis y A Coruña.

Así las cosas, la plantilla quedaría en unos 117 efectivos, un 32 % menos de lo que fija la Xunta como efectivos necesarios. En ese momento, la capacidad del cuerpo caerá a mínimos históricos.

Servicios sin cubrir y un aumento del 15 % de las peleas, entre los efectos de la escasez de efectivos

La negociación sigue bloqueada porque CA no quiere que los sábados sean días festivos

El punto que bloquea en este momento el conflicto entre la Policía Local, cuyo sindicato mayoritario es el SPPME, y el gobierno local de Compostela Aberta (CA) es la negativa del grupo de Martiño Noriega a que los sábados sean considerados festivos a todos los efectos para los funcionarios del cuerpo municipal.

El SPPME fue cediendo en la negociación hasta reducir sus exigencias a solo tres puntos. Y ahí se plantó. El escollo ahora mismo son los sábados. Compostela Aberta no quiere que sean festivos a todos los efectos para los policías locales «porque esta medida afectaríalle tamén a outro persoal municipal», explica. Por ejemplo, bomberos, conserjes del Concello y a los funcionarios que prestan sus servicios en los centros socioculturales y en instalaciones deportivas.

CA no quiere por tanto que estos colectivos se beneficien de una medida que, destaca el SPPME, «é social e favorece a conciliación laboral co traballo dos funcionarios». Noriega está buscando alternativas para intentar cerrar el conflicto al margen del sindicato policial, el mayoritario en el cuerpo y el segundo en importancia en el Concello. Para ello, ya ha entablado conversaciones con otros sindicatos con el objetivo de aceptar las reivindicaciones de los agentes municipales sin tener que negociar con sus legítimos representantes, con los que no mantiene contacto desde hace semanas.