La realidad del Compos se verá el sábado en el campo de O Morrazo ante el Alondras. La de la pretemporada deja una estela de tibieza, la de un equipo que sigue queriendo dominar los partidos a través del balón, al que le está costando ver puerta y al que le penalizan los errores sin compasión.
Goleó al Boiro y al Soneira en la Copa Diputación. Pero necesitó los penaltis para clasificarse en Dumbría. Lo mismo sucedió en el trofeo Vila de Padrón frente al Noia. Y en las dos rondas de la fase autonómica de la Copa Federación, ante el Estradense y el Paiosaco, dos equipos con los que volverá a coincidir en Tercera. Fue apeado en San Lázaro, en el campeonato provincial, por el Bergantiños, que hizo valer dos goles nacidos en sendos saques de esquina, en el primer cuarto de hora.
Tras la lesión de Hugo Sanmartín, Yago Iglesias ha repartido minutos en punta entre Rodri Alonso y Brais Abelenda. En el centro de la defensa hay dos jugadores específicos, Casas y Soto, más el joven Queiruga y la posibilidad de retrasar la posición de Baleato. Esas dos demarcaciones, ariete y centro de la defensa, y la del lateral izquierdo son las que ofrecen menos alternativas.
El técnico azul y blanco tiene por delante una semana para seguir ajustando resortes y, sobre todo, para conseguir un óptimo acoplamiento de los fichajes. Aunque continúa buena parte del equipo, han llegado jugadores llamados a desempeñar un papel protagonista en el nuevo proyecto y no es fácil hacerse con los mecanismos del Compos.