«Negra sombra» y los «poetisos»

Joel Gómez SIN INTENCIÓN

SANTIAGO

20 nov 2019 . Actualizado a las 14:45 h.

En un reciente libro editado por la Fundación Rosalía de Castro, Bart Vonck, del Colectivo de Poetas de Bruselas, dialoga con «Negra Sombra». Hace una «Refundación» del texto rosaliano donde sostiene, según traduce Ramón Neto: «Así unha negra sombra en min o mundo desprega, o buraco negro dunha distancia insólita, prístina: ti ves en min o que eu non vexo en ti. En Rosalía rosma un río de sombra que me denigra ante a luz».

Se suma así este intelectual centroeuropeo a la larga lista de exégetas que, aquí e internacionalmente, asediaron ese texto rosaliano, una de las mayores muestras del enorme talento literario de su autora. En 1960, el norteamericano John Frederick Nims, en un trabajo varias veces reeditado en lengua inglesa sobre «Negra sombra», ya resaltaba la singularidad de la producción rosaliana en su tiempo. Antes la habían calificado como «poeta incomprendida». Se escribió que, en comparación con la grandiosidad de En las orillas del Sar, Gustavo Adolfo Bécquer y otros laureados de las letras españolas no eran sino modestos «poetisos».

Rosalía integró «Negra sombra», sin título, en el libro segundo, Do íntimo, que compone el emblemático Follas Novas donde, como con acierto dijo Carvalho Calero, su gran estudioso de referencia, pone de manifiesto una visión de la realidad como algo contradictorio; y daba continuidad a la bandera que había levantado con Cantares gallegos, como ella misma explicó.

Así, casi 140 años después de su edición príncipe, poema y libro brillan, como adelantados a su tiempo.

Y aún a ahora.