El Ensanche asume la experiencia de Vite para acompañar a mayores solos

JOEL gómez SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

xoan a. soler

Veinte vecinos se ofrecieron ya como colaboradores para visitas y ayudas

04 ene 2021 . Actualizado a las 23:22 h.

Veinte personas, la mayoría mujeres, se han anotado ya en el Ensanche para arrancar la red de colaboración vecinal Acompáñote? La promueve la asociación vecinal Raigame en colaboración con profesionales de atención primaria de la ciudad. Supondrá extender a la zona más poblada de Compostela, con más de 17.000 personas empadronadas, una exitosa experiencia promovida desde el centro de salud de Vite, a la que se sumó el centro de salud de Galeras: escoger un grupo de padrinos y madrinas que apoyen con visitas y otras atenciones a personas que viven en situación de soledad no deseada. Hay 15 padrinos y madrinas, con una media de edad de 65 años, que realizan esa labor con otras 35 personas, todas mayores de 55 años, afirma Isabel Redondo, trabajadora social de Vite.

Isabel Redondo pertenece además al Programa de Actividades Comunitarias en Atención Primaria y participará en la nueva red del Ensanche. Con ella coordinarán la iniciativa Jesús Sueiro, médico del centro de salud Concepción Arenal; y Xosé Manuel Durán, presidente de Raigame: «Será prioritario identificar casos de soidade e haberá un manual sobre como informar ás persoas interesadas da iniciativa e como proceder para as axudar se é que o demandan», dice Durán.

En Vite «iniciamos la experiencia piloto, que denominamos Te Acompaño, en enero del 2019. Se orientó a las personas que participaron los 12 últimos años en el programa de envejecimiento activo y saludable, cuidando al cuidador y prevención de la dependencia, en el centro de salud. La pandemia nos obligó a reformular todo, incluso el enfoque del programa, que ahora busca no un solo el envejecimiento, sino una comunidad activa y acompañante», explica Isabel Redondo.

Se suspendieron los talleres. El teléfono, el WhatsApp y las redes sociales tratan de suplir la presencialidad, que se ha reducido. «Un padrino o una madrina puede llegar hasta a 3 o 4 personas solas. Además de acompañarlas, les hacen la compra si se lo piden, van a la farmacia por algún medicamento que necesiten, y otras atenciones que puedan precisar. Desde el centro de salud también llamamos periódicamente a esas personas solas, pero los padrinos y madrinas suponen un refuerzo muy valioso e interesante. Para los talleres y actividades de formación buscamos un nuevo enfoque. Si se pueden celebrar de nuevo quizá no serán como antes, con hasta 55 asistentes, sino más reducidos; pero ahora lo más importante es el acompañamiento», avanza la especialista del centro de salud.

Padrinos y madrinas mutuos y escucha agradecida a peersonas que tienen poco con quien hablar

Mari Carmen González Penido y José Antonio González residen en el mismo edificio de Vite: «somos como un padriño un do outro, porque os dous estamos sós e así nos axudamos entre nós. Cando el sae, deixa a chave na miña casa, para que saiba onde anda», dice Carmen. Pero además ambos son madrina y padrino que acompañan a otras personas de la zona. «Se o tempo é bo aproveitamos para dar unha volta, porque nos temos que mover. Somos moi maiores, vivimos en edificios sen ascensor, e notamos Vite moi cambiado respecto a hai máis de 40 anos, cando viñemos para aquí», agrega. Carmen lamenta que la pandemia impida los talleres que organizaba el centro de salud de Vite; ahora acude a una actividad de memoria, en el centro sociocultural del Romaño «onde somos só tres persoas; e pouco máis hai».

También Carmen Vázquez Vigo da testimonio de ese cambio: «cuando vinimos había mucha juventud, pero al crecer formaron su familia y ahora viven fuera, vienen de visita. Ahora hay muchos pisos alquilados a estudiantes», dice. Carmen convive con un hijo que trabaja «y pasa el día fuera, por eso tengo mucho tiempo libre y me gusta hacer visitas y acompañar a otras personas que están más solas. Son sobre todo gente que tienen poco con quien hablar; y les gusta que se les escuche, me cuentan sus cosas, si les llamaron, o visitaron. Agradecen que les dedique tiempo y cariño, otra cosa no necesitan», sostiene.