Y así lo hará el gobierno, aunque parcialmente. El PSOE ha hecho un alto en su hoja de ruta para que el pleno se pronuncie y evitar así una situación de «inseguridade xurídica». «Non me gustaría que xusto o concurso principal que convoca o Concello ao final se vexa sometido a un procedimento xudicial que puidera xerar incerteza, porque colocaría á institución municipal nun escenario moi complicado, porque estamos falando dun concurso no que se lle vai pedir á empresa que anticipe investimentos por un importe enorme. E se logo ese contrato fose anulado, o Concello tería que responder dese investimento», dijo el alcalde.
Sin embargo, la corporación no tendrá ocasión de decidir sobre el modelo de gestión, dado que no se está planteando un cambio, sino que la cuestión que se le planteará es si respalda la gestión indirecta. Si es así, «a Xunta de Goberno tirará para adiante e sacaremos o concurso antes de final de ano», aunque la nueva concesión no empezaría ya hasta el nuevo mandato. Si no lo respaldase, la solución tendría que quedar para la próxima corporación, porque, por iniciativa propia, el actual gobierno no promoverá la gestión directa. El alcalde reitera que la ciudad precisa una fuerte inversión en infraestructuras del agua, unos cien millones en unos 8 o diez años, e insiste en que el Concello no tiene capacidad para asumirla, con lo que debe encajarse en las condiciones de una nueva concesión.