Paz y conciencia medioambiental, las peticiones de Santiago a San Roque en su gran día

Emma Araújo SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

PACO RODRÍGUEZ

La festividad local se celebró condicionada por la lluvia, que dio tregua durante la procesión

17 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Santiago rebosa historia religiosa y esto se traduce en ceremonias de invocación y ofrendas que se mantienen en el tiempo sin perder capacidad de reclamo. Tras la celebración de las Festas do Apóstolo, ayer le tocó el turno a San Roque, que recibió un voto de la ciudad en el año 1517 para frenar a la peste, por lo que este acto se repite prácticamente desde entonces. Y como es lógico, las peticiones al santo amante de las mascotas van cambiando en función de las circunstancias.

Si en votos anteriores el covid copó protagonismo, el alcalde en funciones, Gumersindo Guinarte, encargado este año de cumplir con el ritual, aludió en su intervención a la necesidad de paz, «que fai moita falta en Europa», y también a la situación económica generada por la pandemia «porque estamos saíndo dun momento moi difícil». En su invocación a San Roque pidió a este santo, que también fue peregrino, que contribuyese a crear conciencia medioambiental, sobre todo en las generaciones más jóvenes, a las que próximamente les corresponderá gobernar el mundo y gestionar la economía.

Al acto asistieron representantes del gobierno local (PSOE) y también del PP, ya que Compostela Aberta y BNG se distancian de este tipo de acontecimientos en su apuesta por no acudir a actos religiosos. En representación del Partido Popular, el portavoz municipal, José Antonio Constenla, le pidió que «nos dé todo lo que la ciudad se merece y que nos permita recuperar la normalidad».

Aunque San Roque no es formalmente el patrón de Santiago, esta jornada siempre es festivo local a no ser que el calendario coloque el 16 de agosto en domingo. Esto fomenta la participación en los actos religiosos de esta fiesta, a la que no le faltan devociones. Esto no pudo demostrarse ayer en demasía porque las lluvias restaron ambiente, sobre todo por la mañana. Pero el mal tiempo no impidió la instalación de puestos de venta de rosquillas y melindres, que permanecieron abiertos todo el día aguardando sobre todo por la procesión, que pudo celebrarse tras la misa de las 19.30 horas.