Iago ya no tiene miedo a las tiritas

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

AMES

XOAN A. SOLER

Varios médicos de centros de salud gallegos simulan consultas para que los niños con autismo vayan sin miedo al pediatra

19 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

«Vinieron, me explicaron el problema que tenían los niños con autismo y les dije que sí». Así de fácil comenzó la colaboración de Magdalena Seco, médico de familia en el centro de salud de Milladoiro (Ames), con la asociación Aspanaes de padres de personas con trastorno del espectro autista (TEA) en A Coruña. Desde septiembre del 2017 los niños acuden todas las semanas acompañados de monitores a este ambulatorio. Allí Magdalena los va llamando uno por uno y realiza una simulación de todas las pruebas que los pequeños tendrán en las consultas pediátricas. En algunos casos, como pesar o medir, puede hacerse realmente, y en otros, como una extracción de sangre o una ecografía, hay que echarle un poco de imaginación, «para la ecografía abdominal uso el doppler de la matrona y para la extracción lo hacemos todo, pero sin aguja», indica.

Si acudir al pediatra es ya un mal trago para muchos pequeños, para los niños con TEA lo es mucho más. A sus problemas de comunicación se suma la poca tolerancia al contacto físico, a los tiempos de espera y a las exploraciones. «Les dejo que se muevan por la consulta y se adapten, y vamos haciendo las exploraciones de forma progresiva», indica la facultativa, «es lo más gratificante que he hecho en mi vida». Porque los avances, dice, son muchos. Han logrado simular un encefalograma en un niño que tiene epilepsia y que ahora permite que se le haga en el hospital sin necesidad de sedación. Iago, por ejemplo, era incapaz de tolerar una tirita «y en una consulta le pusimos tres», cuenta Magdalena satisfecha. Los niños están deseando entrar y al final de la cita hay un premio, sea una piruleta, chocolate, o simplemente un choque de manos.

No es baladí realizar este tipo de actividades. Los niños lo pasan tan mal en las consultas que a veces los controles pediátricos no están al día. Además, estos pequeños se hacen adultos, «de mayores serán hipertensos, diabéticos, y tendrán las mismas patologías que el resto de las personas, por lo que si no formamos a los especialistas estarán infradiagnosticados y mal tratados porque no irán al médico», explica Magdalena. En su caso la única gestión que tuvo que hacer fue notificar este programa a su gerencia, para que aprobasen esta actividad y bloqueasen su consulta una hora a la semana al resto de pacientes, ya que es cuando van los pequeños. «Lo único que necesitan estos niños es que les dediquen algo de tiempo, si todos pusiéramos algo de nuestra parte su atención mejoraría», concluye.

Seco es una de las pocas médicas que hace esta actividad, pero no la única. Desde la Federación Autismo Galicia aseguran que hay casos similares en varios centros de salud de Val Miñor, Tui, Ferrol o A Coruña. En concreto, en el centro de salud San José se ha implantado una prestación para las necesidades específicas de la gente con TEA en la unidad de salud bucodental. Y también los hospitales se han animado a realizar estos programas. En el Clínico de Santiago se simulan consultas en neurología y ginecología para que los pacientes vayan más tranquilos a sus citas médicas. La Federación admite que en este caso «desde o Sergas hai moita sensibilidade, tanto desde servizos centrais como desde as xerencias».

 450.000 casos en España

Este lunes se celebró el Día Internacional del Síndrome de Asperger, un trastorno del espectro autista (TEA) que se caracteriza por un anómalo funcionamiento del sistema nervioso central y que se manifiesta de diferente forma en cada individuo. Aunque no hay muchos estudios sobre su prevalencia, Autismo Europa calcula que en España hay más de 450.000 personas afectadas por TEA.

Desde hace unos años series como The Good Doctor The Big Bang Theory han visibilizado un trastorno que ahora conoce la mayoría de la población, pero también han provocado que se haya difundido una imagen del síndrome que no se corresponde con la realidad, como que todas estas personas son superdotadas. De hecho, con motivo de este día mundial los expertos en este campo han dado a conocer estudios que reflejan que menos del 10 % de las personas con Asperger tienen una inteligencia superior a la media. Lo que ocurre es que desarrollan habilidades sobre temas en los que tienen un interés concreto, y en esos casos acumulan gran cantidad de información.

 Aunque el Asperger, y en general el TEA, no tienen cura como tal, los síntomas sí se pueden mejorar si se lleva a cabo una intervención adecuada. Por ejemplo, con un abordaje cognitivo conductual que compense a estas personas de las dificultades que tienen para comunicarse o relacionarse. Por eso los especialistas reclaman mejorar la formación de sanitarios y educadores, y facilitar la inclusión laboral de los afectados.