Los Reyes Magos combatieron temperaturas bajo mínimos para hacer llegar sus regalos

La magia todo lo puede. Y ese ha sido el secreto para que los pequeños de Santiago y su área de influencia se despertasen ayer más encandilados todavía con los Magos de Oriente que al paso de sus cabalgatas. Porque no hay obstáculo que no venzan. Ni el frío de la noche, ni las heladas con las que abrió el día en buena parte de la zona, frenaron a Melchor, Gaspar y Baltasar. Y eso que municipios como Arzúa y Ordes ya estaban bajo cero (menos 6, en el primer caso, y menos 2 en el segundo) cuando Sus Majestades comenzaban a acceder, con su característico sigilo, a tantos y tantos hogares.

Logrado el artificio real, y con el sol reinando sobre todos los tejados, el silencio de la noche dejó paso a la algarabía y el asombro entre los más pequeños, más reacios en esta ocasión, sin embargo, a dejarse ver por el centro de Compostela con sus presentes.

Quizá fuese por el frío. Pero el sol acabó imponiéndose con claridad y los patinetes, parece que claros sustitutos en muchos casos de las predominantes bicicletas antaño, comenzaron a aflorar en algunas de las plazas y espacios más céntricos. Son, no en vano, uno de los elementos más demandados últimamente. Pero el día dio para más en la capital. Para el paseo en familia, para mantener el ritmo de aquellos que tienen una cita diaria con el deporte y para el terraceo.

El sol siguió aliándose con el área de Compostela en unas jornadas de significativas oscilaciones en los termómetros. Más extremas en unos casos que en otros. Pero, entre los de mayor variación no dejó de destacar Ordes. Si los reyes tuvieron que repartir bajo cero en este municipio por la noche, los niños podían disfrutar de sus juguetes hacia las dos de la tarde a una temperatura de 20 grados.

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