Ordes homenajeó a la mujer que mima el millar de trajes del museo Juanjo Liñares

O. P. SANTIAGO / LA VOZ

ORDES

Carmiña Regueira agradeció la designación del auditorio de la Casa da Cultura de la localidad con su nombre

16 sep 2024 . Actualizado a las 14:00 h.

Ordes homenajeó el fin de semana a María del Carmen Regueira Amor, dando su nombre al auditorio de la Casa da Cultura de la localidad. Una placa que ella misma descubrió el viernes a su entrada recoge el «recoñecemento e agradecemento do pobo de Ordes á súa contribución,colaboración e labor no eido cultural e social ao longo dos anos». Ella es la encargada de mimar el millar de trajes del museo Juanjo Liñares, en cuya puesta en marcha trabajó mano a mano con el propio Juanjo en el año 2009, y es también quien guía a los visitantes en el recorrido por los cerca de 300 expuestos al público.

Pero Carmiña es también un referente para los colectivos folclóricos del municipio, con las que colaboró en la restauración y confección de trajes, y también está siempre dispuesta a ayudar en actividades como la Cabalgata de reyes, el carnaval, la Semana Santa desde la Cofradía de la Virgen de los Dolores y Soledad de Ordes y con quienes precisan ayuda a través de Cáritas.

Por eso el auditorio se llenó en un acto en el que estuvo acompañada por representantes de las agrupaciones folclóricas, de Cáritas, de la cofradía religiosa y de la asocación local de lucha contra el cáncer. También por todos los partidos de la corporación y  por los tres exalcaldes de Ordes con los que compartió años de trabajo.

XOAN A. SOLER

En su intervención, Carmiña señaló que no esperaba esta distinción que la alegró enormemente: «É un honor que non merezo, xa que non son máis que unha muller de Leira que está vinculada á cultura pola miña profesión de confección de traxes tradicionais» y por su trabajo en el Museo do Traxe. Para Juanjo Liñares tuvo un recuerdo especial «pola súa xenerosidade e o moito que me ensinou»; el otro, para el Concello de Ordes «por este agasallo», dijo antes de tender su mano para continuar trabajando en la medida de sus posibilidades en pro de la cultura ordense.