Luto en Santiago por el fallecimiento del ginecólogo y expolítico José Antonio Arán Trillo

La Voz SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

XOAN A. SOLER

En su faceta política desde finales de los años 70, fue uno de los hombres de la máxima confianza de Adolfo Suárez en Galicia

18 ago 2018 . Actualizado a las 08:24 h.

El médico y expolítico José Antonio Arán Trillo falleció el jueves a la edad de 82 años. Con él desaparece una de las figuras claves de la política gallega de la transición y un ginecólogo reputado que se mantuvo en primera línea de su profesión pese a las dificultades, por él mismo reconocidas, de dedicarse a ambas actividades. Hace unos años, recordaba en una entrevista en La Voz ese difícil equilibrio, y no se arrepentía de haber dejado la política: «Tal como está evolucionando, se encuentra uno mucho mejor fuera».

El protagonismo de Arán Trillo en la política gallega se desenvolvió siempre en el centrismo. Fue uno de los hombres de la máxima confianza de Adolfo Suárez en Galicia, primero en la Unión de Centro Democrático, partido del que fue presidente en Santiago, y después en el Centro Democrático y Social, como máximo responsable en Galicia. Saboreó el éxito político a finales de los años setenta y principios de los ochenta. Se da la circunstancia de que uno de sus más estrechos colaboradores políticos en Santiago en esa época, Manuel Balseiro Rañal, concejal del CDS en Raxoi, falleció el pasado lunes.

En la última etapa en el CDS, con la figura política del expresidente del Gobierno en decadencia y tras sucesivos reveses electorales que, según él mismo reconoció, le dejaron «un poso de decepción», Arán Trillo abandonó la política pese a tener ofertas para continuar en activo en otras formaciones. Decidió dedicarse plenamente a su profesión y a su vida privada, en la que su familia, sus muchas amistades y su ciudad ocuparon toda su atención.

Como ginecólogo y con clínica en el Ensanche, ayudó al nacimiento de miles de compostelanos. Con ideas avanzadas de su especialidad -se mostró siempre partidario del control de la natalidad y de los medios anticonceptivos-, reconocía haber contabilizado hasta muy a principios de la década de los años noventa todos y cada uno de los partos que atendía, y por entonces eran veinte mil en más de treinta años de profesión. También desempeñó cargos directivos en el Colegio Médico y la Academia Médico Quirúrgica de Santiago, así como en el Consejo General del Colegio Médico de España.

Casado con Isabel (Chiqui) Román García y padre de Eduardo, Javier, Jorge y Sabela, sus grandes aficiones para su poco tiempo de ocio eran la música y la vela. Y Santiago, su ciudad, de la que se confesaba un eterno enamorado: «Sempre estiven aquí, en Santiago sigo, e aquí penso morrer porque non podería vivir fóra desta cidade», declaró a La Voz en 1995 recordando su íntima vinculación a la capital gallega y su infancia, el impacto del pronto fallecimiento de su padre, su formación escolar primero en la academia Zubeldía de Carreira do Conde y después en el colegio Sciencia, y su vida universitaria en los años cincuenta en la Facultad de Medicina, etapa en la que fue miembro de la tuna, donde fortaleció su vocación musical, que cultivó posteriormente tocando el contrabajo.

La capilla ardiente de José Antonio Arán Trillo fue instalada en el tanatorio de Boisaca, en cuya capilla se celebró el funeral a las ocho de la tarde del viernes. Acto seguido sus restos fueron incinerados en la intimidad familiar.