Javier Pérez Carrasco: «El móvil es un instrumento de información que genera confusión»

Margarita Mosteiro Miguel
marga mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

SANDRA ALONSO

El 88 % del alumnado de los institutos lo usa en actividades no académicas en clase, según el estudio dirigido por el profesor de Filosofía del IES Lamas de Abade

25 jun 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Un estudio iniciado hace un año por Javier Pérez Carrasco, profesor de Filosofía del IES Lamas de Abade, pone sobre la mesa una serie de datos «alarmantes» sobre el uso que hacen los adolescentes del teléfono móvil y sobre las consecuencias que dicho uso tiene tanto en sus relaciones personales como en su capacidad de estudio e información.

Tras el análisis de los datos, el profesor Pérez Carrasco concluye que «el móvil es un instrumento que los jóvenes emplean para obtener información y para comunicarse, pero de sus propias respuestas se deduce que les genera confusión y aislamiento personal». En relación a quienes abogan por el empleo del móvil con fines académicos, Javier Pérez Carrasco apunta que para el «87 % de los encuestados, el móvil no mejora su capacidad de estudio, el 86 % reconoce que tampoco mejora su capacidad de atención, y el 65 % reconoce que el móvil no es una herramienta que favorezca su capacidad de memorizar información». Por ello, el profesor no rechaza tajantemente el uso del móvil con fines académicos, pero «siempre que se creen espacios de silencio tecnológico en los centros» para favorecer la reflexión y el análisis.

El profesor de Filosofía llama la atención sobre el hecho de que «los móviles están diseñados para crear adicción» y, en su opinión, las Administraciones tienen que «poner los medios y establecer límites para evitar que se emplee con fines comerciales la información que se deja en las redes sociales. Saben lo que quieres, cómo y cuándo. No es posible que, tras un comentario sobre unas zapatillas blancas, se reciban mensajes publicitarios de zapatillas blancas».

La muestra de casi mil encuestas en la que participaron los alumnos de 12 a 17 años de los institutos de Cacheiras, Lamas de Abade, La Salle y Pontepedriña viene a confirmar algo que el docente sospechaba: «Todos tienen móvil, y son los padres los que entregan esta herramienta a sus hijos». El uso del móvil dibuja una situación «a mi juicio, preocupante». El 88 % de los jóvenes usan el móvil dentro del horario escolar para actividades no académicas, y el 20 % de ellos lo hacen durante más de cinco horas en la franja del horario lectivo. Javier Pérez considera que, siendo llamativo este dato, el hecho de que «en los fines de semana y jornadas festivas, el 22 % lo usen más de ocho horas al día indica que viven pegados a las pantallas». En opinión del profesor, existe una clara dependencia del móvil, aunque los jóvenes «no reconocen esta situación».

El 82 % de los encuestados emplean sus terminales para comunicarse por wasap, el 76 % para estar conectados a redes sociales y el 79 % para escuchar música. «Pocos son los que usan el móvil con fines educativos», apunta. El estudio revela que más de la mitad de los jóvenes están convencidos de que este dispositivo «favorece el entretenimiento perpetuo, y el 33 % cree que es más fácil la relación con los demás a través del móvil que en persona». En las conclusiones del estudio se destaca que la mayoría de los encuestados están seguros de que «el móvil no reduce el sentimiento de soledad, pero es que no difieren entre estar acompañados o estar solos cuando lo emplean».

Pérez Carrasco considera realmente preocupante que «para la mayor parte de los adolescentes el uso del móvil no es una herramienta de control ni parental ni por parte de amigos», porque esta creencia viene a suponer que «todas las campañas que se realizan para evitar conductas de dominio usando este aparato caen en saco roto, ya que los chavales no creen estar controlados». El profesor apunta que «los jóvenes no tienen percepción de riesgo en el uso del móvil».