La Cocina Económica despide a su benefactor con rancheras para cumplir su último deseo

Juan Aceiro, I. C. SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

Xoán A. Soler

La organización caritativa homenajeó al fallecido José Luis García Díaz con un coro que interpretó tres canciones populares

12 jul 2019 . Actualizado a las 23:44 h.

Después de dos años del fallecimiento del brionés José Luis García Díaz, su última y más extravagante voluntad fue finalmente cumplida gracias a la Cocina Económica de Santiago. Esta organización benéfica, que gestionan las Hijas de la Caridad, dispuso al mediodía de este miércoles a su coro para entonar tres rancheras durante el servicio de su comedor social. Los usuarios pudieron disfrutar durante unos minutos de canciones tan míticas como «Volver, volver», «Cucurrucucú paloma» y «El rey». 

Sor Esther Seoane, directora del centro, dirigió al coro formado por voluntarios y usuarios habituales del comedor para amenizar el primer servicio del día. «En su testamento, José Luis dejaba ese mandato de cantar las rancheras durante su funeral, además de dejar parte de sus bienes para alguna institución que diese de comer a los pobres», explica Seoane. Como nunca se llegó a cumplir esta primera petición, el albacea del brionés consideró que la Cocina Económica, al haberse beneficiado de su herencia, podría atender esta última demanda. 

Después de un par de días de ensayo, el coro de la Cocina estaba listo para recordar a José Luis. Cuenta la directora que, «al ser las canciones que se pedían tan conocidas, pensamos que podríamos prepararlas en algún momento y, finalmente, lo organizamos así». Ataviados con ponchos y sombreros de charro, la agrupación ofreció un entrañable homenaje con lo mejor del folclore mexicano para los comensales. Esta no es la primera vez que el grupo da una actuación así, ya que en los últimos tres años Navidad y Semana Santa se han convertido en fechas habituales para relucir su repertorio. 

Marcos Campos, albacea del fallecido, pudo acudir a este afectuoso recuerdo que, aunque tarde, finalmente pudo cumplirse. «Seguro que José Luis estaría moi contento por este acto», contó Campos, y recalcó que «a pesar de ser unha petición pouco usual, era o que lle gustaba». El vecino de Brión era «un gran aficionado ao karaoke, pero o que realmente lle encantaba diso era poder cantar estas rancheras».