Hemeroteca | 1996 | La animada vida de las hermanas de Antealtares

La Voz

SANTIAGO CIUDAD

MAría Moldes

Hace veintitrés años las monjas enseñaban el contenido de su dulce retiro

18 ago 2019 . Actualizado a las 05:10 h.

Tartas de Santiago, almendrados, hojaldres, brazos de gitano... Hace justo 23 años, las monjas del convento de San Paio de Antealtares enseñaban el contenido de su dulce retiro.

Pero no solo por el estatus repostero de la comunidad que alberga, el convento, fundado en el siglo VIII por el rey Alfonso II El Casto, destaca también por su arquitectura y escultura. En concreto por el moldeado barroco de su estructura, y, echando el ojo al interior, por su retablo mayor, en el cual se conjugan unas retorcidas columnas salomónicas.

Otra de las cosas reseñables del emplazamiento es su biblioteca, que contaba por aquel entonces con más de 7.000 documentos, todos ellos bajo la supervisión de sor Mercedes, una hermana que manifestaba tener que «ponerse al nivel de los tiempos» mientras manejaba con soltura lo que en aquel 1996 era un moderno equipo informático.

Además, cabe destacar que algunas de las hermanas dedicaban parte de su vida a un colegio de preescolar y a una residencia universitaria, de modo que estas actividades les permitían sostener económicamente a la comunidad.