As Monxas, un templo de la repostería conventual con horario de guardia en Santiago

Patricia Calveiro Iglesias
Patricia Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

XOAN A. SOLER

María Virtudes, dueña de la tienda del casco histórico, va cada mañana a por pastas hechas por las religiosas de la ciudad y otros de sus dulces por encargo

20 abr 2021 . Actualizado a las 08:32 h.

Tras los muros de los conventos de Santiago se han atesorado durante años una serie de recetas clásicas, perfeccionadas a lo largo del tiempo y transmitidas de generación en generación. La tradición ha llegado hasta nuestros días y tras el torno siguen vendiéndose los dulces hechos, con extremado mimo y esmero, por las monjas de clausura de la ciudad. Muchos de estos productos se pueden encontrar también en la tienda Delicatessen As Monxas, un pequeño templo con horario de guardia de la repostería conventual. Su dueña, María Virtudes, acude cada mañana a los conventos de Belvís y San Paio a por sus pastas de té. Y pide también por encargo (al tratarse de alimentos muy perecederos, que hay que consumir en un plazo corto y no aguantan largos viajes) otros dulces bendecidos por las manos de las religiosas de la ciudad, como el famoso brazo de gitano de las dominicas o alguna exquisitez elaborada, a no muchos metros de allí, por las benedictinas, quienes a diario hacen tarta de Santiago, almendrados, coquitos, magdalenas, galletas y pastas, entre otros postres que hay que reservar con al menos un día de antelación.

En el comercio de la rúa de Xelmírez se puede conseguir también tarta del monasterio de Ferreira de Pantón, incluso dulces de las trinitarias y clarisas de Valladolid si compensa el envío; y tienen su propia tarta de Santiago, elaborada de forma artesanal según la receta original de una dominica de Sobrado dos Monxes, la hermana de la bisabuela de María Virtudes. «No lleva harina, margarina ni desmoldante. Solo almendra, huevo y azúcar, y tampoco se le echa azúcar glas para decorarla, sino azúcar molido», indica la dueña del negocio, abierto en el 2006. Ella no llegó a conocer a aquella mujer, dice, pero dejó ese preciado legado en la familia materna, disponible hoy para disfrute de compostelanos y visitantes. Cuenta María Virtudes que las monjas de la ciudad la conocen desde hace muchos años. «Yo soy muy reservada y ellas también», comenta mientras se le escapa una sonrisa, además de una trabajadora nata. «He trabajado en tienda toda mi santa vida, desde niña. Nacimos en el negocio. Mis padres tenían una casa de comidas en Sobrado y vendían también de esto», relata en su establecimiento rodeada de postres conventuales, conservas, licores, patés, mermeladas, bombones y otras delicias. Su padre solía decir que «hay que remar a las duras y a las maduras» y, aunque está ya en edad de jubilarse, ella sigue al pie del cañón tras un año devastador. «Todos los comercios de la zona monumental lo estamos pasando fatal, porque nos falta el turismo y los peregrinos y ya casi no quedan vecinos. Los clientes llegan a cuentagotas», lamenta. Con todo, esta mujer luchadora, con el ADN del comercio en la sangre, mantiene estos días su negocio abierto, de 10 a 14.30 y de 15.45 y 20.30 horas (también en fin de semana), aunque «cuando hay movimiento alguna vez ni siquiera cierro al mediodía y me tengo ido de aquí a las 22», dice, tras doce largas horas ella sola al frente del barco. 

De visita en el Aeroclub

Los alumnos del primer curso del Ciclo Superior de Paisajismo y Medio Rural del Centro de Promoción Rural EFA Fonteboa, en Coristanco, visitaron esta semana en Ames las instalaciones deportivas y el campo de golf del Aeroclub de Santiago. Acompañados por sus profesores Juan Antonio Santos y Amancio Lavandeira, los alumnos recibieron las explicaciones del personal del campo sobre el sistema de riego, el bombeo, la construcción de un green, el mantenimiento regular del terreno de juego de golf y la recuperación paisajística del entorno, que fueron los aspectos que más interés despertaron entre los jóvenes. De hecho, el mantenimiento de césped deportivo es una alternativa de futuro para ellos.

XOAN A. SOLER

Información juvenil

El Centro Coordinador de Información e Documentación Xuvenil, ubicado en la rúa Ramón Piñeiro, fue escenario ayer de un encuentro en línea de correspondientes juveniles organizado con motivo del Día Europeo de la Información Juvenil. El acto, que se desarrolla en dos jornadas, contó con la participación de la directora xeral de Xuventude, Participación e Voluntariado de la Xunta, Cristina Pichel. El propósito de estas actividades es permitir a los participantes adquirir formación relacionada con el buen uso de las redes sociales y realizar dinámicas de diseño y emprendimiento. El programa de correspondientes cuenta en este curso 2020-2021 con más de 500 jóvenes, que tienen entre sus funciones la de colaborar a través de los centros educativos en la difusión de información de su interés, incluida la relacionada con la pandemia.