Los pisos turísticos y el lleno en el casco viejo acercan los visitantes al Ensanche de Santiago

Margarita Mosteiro Miguel
marga mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

Sandra Alonso

El comercio reivindica como un factor de atracción la calidad de su oferta

05 jul 2022 . Actualizado a las 22:04 h.

Hace unos años era muy habitual que gran parte de los establecimientos de hostelería del Ensanche, e incluso algunos comercios, echaran el cierre cuando los estudiantes universitarios y vecinos del barrio dejaban sus pisos para poner rumbo a sus residencias familiares y a sus vacaciones. Esa situación comenzó a mudar y el año anterior al covid ya se percibía un cambio en las personas que pasean por las calles y plazas de la zona nueva compostelana.

Thor Rodríguez, presidente de la Asociación Hostelería Compostela, apunta que «antes del covid se notaba que los turistas comenzaban a bajar al Ensanche, y se veía a más comprando en las tiendas y descansando en las terrazas de los locales de hostelería». Reconoce el hostelero que «no es habitual que los turistas visiten las zonas nuevas de ciudades monumentales, pero creo que ahora llegan más informados y van a comercios concretos, que están en el Ensanche y no en el casco histórico».

El portavoz de los hosteleros dice conocer «algún comercio multimarca que recibe turistas extranjeros que van directamente allí. Ya lo tienen en sus planes de viaje». Rodríguez apunta que también influye el alojamiento: «Quizás los pisos turísticos, las viviendas, y también la intermodal, pero ciertamente hay más turistas en el Ensanche que hace unos años». No cree, en cambio, que se desplacen expresamente al Ensanche para encontrar tiendas de calidad donde comprar: «En el casco histórico hay joyerías y tiendas de ropa de mucha calidad».

Precisamente, el incremento de turistas en el Ensanche es la razón por la que algunos cafés, bares y restaurantes de esa zona «no cierran en verano», concluye.

Por su parte, José Antonio Seijas, presidente de la asociación de comerciantes Comercio Punto Compostela, considera que la llegada de turistas al Ensanche «fue creciendo poco a poco en los últimos años. No es algo de este año». Descarta que tenga relación con el incremento de viviendas de uso turístico, y lo vincula a la «calidad de los comercios» de la zona. En su opinión, «es tremendamente arriesgado vincular las viviendas de uso turístico con el incremento de visitantes». Seijas prefiere apostar por el atractivo del tejido comercial de la zona nueva. «Y no olvidemos —añade— que en el Ensanche hay muchos hoteles, y al llenarse los del casco histórico vienen al Ensanche».

El efecto intermodal

Entre los comerciantes de la zona nueva existe la sensación de que la presencia de los turistas está relacionada con «la calidad de los comercios, con la intermodal y con el tren que ahora llega rápido». Así lo apunta María, del comercio de ropa Squina, en la rúa do Hórreo. «Hace unos años no pisaban la calle, pero ahora se nota que suben los del tren y se paran, por lo menos a mirar. Algunos pican».

El perfil de los nuevos clientes del Ensanche es «un poco de todo, pero jóvenes, grupos de amigos y parejas que suelen alojarse en pisos más que en hoteles», explica María. Pese a que cree que los alojamientos en pisos del Ensanche puedan estar detrás del incremento de turistas paseando por el barrio, considera que la intermodal fue «determinante, porque se ve a muchas personas subiendo con maletas y mochilas. Son los que vienen en el tren. Ahora se llega en muy pocas horas desde Madrid», comentó.

Anahi Viqueira, del comercio Dándara, de la rúa Alfredo Brañas, coincide en la llegada a su comercio de «más turistas que antes». «Ya se notó algo el verano pasado, pero estos meses viene más gente. No compran todos, pero algunos pican». Anahi cree que «puede que los pisos turísticos sean la causa, porque llegan sobre todo parejas tanto nacionales como extranjeras», y «es algo que comentamos entre las que estamos en la calle».

XOAN A. SOLER

Carmen Díaz: «Ahora se mueven por aquí»

 

 

Carmen Díaz, del comercio de ropa que lleva su nombre en la rúa Doutor Teixeiro, confirma la mayor presencia de turistas en las calles y en los comercios del Ensanche. «Creo que escapan de la saturación del casco histórico. Bajan para comprar con tranquilidad, pero sobre todo por la calidad». La estilista de moda de esta céntrica calle apunta que «los turistas se mueven más, y llegan aquí. Carmen Díaz considera que buscan «cosas diferentes para llevarse a sus casas. No quieren la misma ropa que van a comprar en sus ciudades y, afortunadamente en Santiago, y en el Ensanche, hay una oferta diferenciada». Esta profesional apuesta por la defensa del pequeño comercio, «que es el que marca la diferencia y lo que nos diferencia de otras ciudades. Nos hace más competitivos».

Por otro lado, a los turistas extranjeros «les resulta muy atractivo comprar en nuestra tiendas. El precio es para ellos un lujo. Un jersey de 45 euros en su ciudad les cuesta el doble». 

Sandra Alonso

Óscar Blanco: «Pese a todo, yo cierro en agosto»

 

Óscar Blanco es uno de los hosteleros del Ensanche cuyo negocio trabaja fundamentalmente con los estudiantes universitarios y con los vecinos del barrio. Él también percibe mayor presencia de turistas en el Ensanche. «Lo noto cuando voy al supermercado», dice Óscar. «Hay personas haciendo compras que no son de aquí, y que supongo que están en pisos turísticos». La mayor afluencia de visitantes a su local, el bar Raíces, casi en la plaza de Vigo, también se advierte. «Ya no solo tenemos estudiantes, aunque son la parte principal. Yo, de todas formas, seguiré cerrando en agosto». Su decisión tiene más que ver con la «mi necesidad y la del personal para conciliar. Cerramos desde hace tiempo y seguirá siendo así con o sin turistas».

En su local se incrementaron los desayunos y las cenas de familias, grupos y pandillas que vienen de fuera. «Las comidas no suelen hacerlas aquí, creo que es más frecuente que se marchen a otros sitios de visita».