Rafael Bisquerra: «En las aulas, hay que cambiar la competitividad por la cooperación»

Laura López LUGO / LA VOZ

SELECTIVIDAD

ÓSCAR CELA

El catedrático de Orientación Psicopedagógica cree que los maestros están formados para impartir materias pero no para lidiar con la diversidad

13 oct 2017 . Actualizado a las 09:38 h.

Rafael Bisquerra, director del posgrado en Educación Emocional y Bienestar -y de otros posgrados y másteres en la Universidad de Barcelona- y catedrático de Orientación Psicopedagógica, participó en el décimo Congreso da Inspección Educativa de Galicia, que se celebró esta semana en Lugo.

-¿Qué papel juega la educación emocional en la integración de todos los alumnos?

-Es muy importante y necesario sensibilizar al profesorado y a los inspectores de educación sobre lo esencial que es atender la dimensión emocional de los alumnos. Porque la educación emocional es una respuesta educativa a las necesidades sociales que no está suficientemente atendida en áreas como matemáticas, lenguaje... El analfabetismo emocional que nos rodea conduce a la prevalencia de trastornos como la ansiedad, la depresión, el estrés o la agresividad. Por ello, hay que desarrollar competencias emocionales que puedan prevenir estas conductas.

-¿Se necesitan pautas específicas para los alumnos con necesidades educativas especiales (NEE)?

-Los alumnos con NEE no tienen por qué recibir ninguna atención especial en lo que respecta a la dimensión emocional, pero sí la atención necesaria para gestionar sus emociones. La educación emocional es aplicable a todo el mundo, es una educación para la vida, para que las personas puedan regular mejor sus impulsos emocionales, que no significa reprimirlos, pero sí gestionarlos de una forma apropiada. Todo esto mejora la convivencia, el bienestar y el rendimiento.

-¿Es posible la integración el 100 % de las horas de los alumnos con NEE en la educación reglada?

-Hay que hacer todo lo posible para que sea viable, y esto solo se conseguirá con profesorado formado y sensibilizado. Actualmente, los profesores están formados para impartir una materia, pero en los centros también tienen que atender la diversidad.

-¿Hasta qué punto es importante el aprendizaje cooperativo para que funcione la inclusión de los alumnos con NEE?

-Son muy importantes estas nuevas propuestas didácticas. El trabajo colaborativo y las nuevas técnicas por proyectos motivan al alumnado. Hay que cambiar el paradigma de la competitividad por el de la colaboración.

-¿Está el sistema educativo actual a la altura de estas necesidades?

-Digamos que en el sistema educativo actual están en pañales las necesidades emocionales. Pensemos solo en nuestra infancia, si alguien nos enseñó a prevenir la ansiedad o el estrés. Insisto en que hay que sensibilizar a los profesores, a las familias, a la Administración pública y a la sociedad en general. Un 14 % de la población sufre ansiedad y un 12 %, depresión; de hecho, el estrés, la ansiedad, la depresión y otras fobias afectan al 45 % de la población y la mayoría de estos problemas se inician en la edad escolar. Con la ratio habitual, si hay un trabajo en equipo y una tradición en ponerlo en práctica, no tiene por qué haber problemas para atender la dimensión emocional.

«En casos de dislexia ayuda ofrecer más tiempo en Selectividad»

El papel de la inspección en la atención de alumnos con NEE es fundamental. Sin embargo, en Galicia, desde los primeros síntomas de que hay un problema hasta la creación de un plan de trabajo, pueden pasar meses.

-¿Cómo cree que se puede reducir el tiempo de espera?

-El de la inspección no es un tema fácil, y requiere sensibilidad y formación del profesorado para lo emocional. Muchos problemas, dejando al margen la disfunción intelectual, son emocionales (impulsividad, hiperactividad...) y los alumnos deben recibir desde el inicio esta atención emocional por parte del profesorado, con ayuda de las familias.

-En la actualidad se abre un debate en Galicia con la integración cada vez más habitual de los alumnos con NEE en la Selectividad. ¿Cree que es viable adaptar las pruebas a estos alumnos, por ejemplo, permitiendo que los exámenes se repartan en más días? Después llega la universidad y sus exigencias...

-Es un tema complejo porque hay que estudiar las necesidades específicas de cada uno. En casos de dislexia, por ejemplo, en que son alumnos inteligentes pero con dificultades de lectura y escritura, sí que ayudaría ofrecerles más tiempo. Pero en otros casos de carácter psicopatológico no es tan sencillo.