«Saquei un 13,64 e non tiña hábito de estudo»

Noelia Silvosa, Tania Taboada y Caterina Devesa

SELECTIVIDAD

PEPA LOSDA

ELLOS HAN SIDO RÉCORD EN SELECTIVIDAD, y ahora lo siguen batiendo en sus respectivas universidades. ¿Qué ha sido de los mejores estudiantes? ¿A qué se dedican? De Mondoñedo a Alemania, Carmen, Iván y Sergio nos lo cuentan.

22 jun 2019 . Actualizado a las 13:10 h.

Lo de Carmen Pavón es digno de estudio. Nunca mejor dicho, porque de eso va este texto. Ella ha sido una de las notas más altas de Galicia en la selectividad de su promoción, la del pasado 2018. Un 13,64 obtuvo la mindoniense, logrando también la calificación más alta de su instituto, el IES San Rosendo. Allí la citamos de nuevo, y ella encantada de revisitar ese lugar donde la prepararon para la proeza. «Sempre estiven moi contenta cos profesores aquí, e saímos cun nivel bastante alto, de aí que case todos superen a proba», dice Carmen, que ya está de vuelta en casa para disfrutar del verano después de acabar su primer curso en el doble grado de Matemáticas y Física, en la USC. Por supuesto, tiene media de sobresaliente, pero aún así se resiste a rendirse a la evidencia: «De momento teño un nove e pico de media, pero aínda faltan as notas dalgúns exames», apunta precavida. Y es que esta alumna récord insiste en que su logro en selectividad «é so unha nota que che serve para entrar na carreira», y, cuando se le pregunta cómo consigue mantenerse del 9 para arriba, añade: «‘Fago o que podo’». Pues ya quisiéramos todos.

Tales resultados parecen, a priori, fruto de muchas horas de hincar los codos. Pues en el caso de Carmen, no es del todo así. «Eu cheguei do instituto sen ningún hábito de estudo, e agora estou intentando collelo e estudar duro. Moi disciplinada non era», reconoce. En este intento disciplinario que se propuso, se decidió a estudiar fuera de casa: «Empecei a ir á biblioteca porque alí hai máis xente mirando para ti, e así non podes estar todo o tempo co móbil». Tras su 13,64, Carmen podía estudiar lo que quisiera. «A miña primeira opción era Matemáticas e a segunda Física, pero logo vin a posibilidade de facer o dobre grao e pedino», indica la flamante alumna de una titulación con una nota de corte de 13,3. ¿Por qué Matemáticas y Física? «Porque era o que me resultaba máis fácil, no que traballaba menos», responde sin despeinarse.

Tampoco encaja en el perfil de la hormiguita que estudia cada día con antelación. «Inténtoo, pero ata que quedan uns días... é difícil estar concentrado todo o curso», apunta la estudiante, que a pesar de su aplastante capacidad no se libra de los nervios, como cualquier otro alumno que empiece su etapa en la universidad: «O primeiro semestre estiven máis histérica e este último mes foi un senvivir, porque tiven unha materia máis. Pero non serve de moito poñerse nerviosa, non gañas nada». Aun así, encuentra tiempo para algo más que el doble grado. «Gústame ler, o cine... e Santiago está moi ben», señala. Con todo, ella es resistente a las tentaciones de la vidilla universitaria y los fines de semana vuelve a Mondoñedo. De hecho, no se plantea irse muy lejos de casa a pesar de saber que con sus calificaciones podría conseguir fácilmente una beca para formarse en el extranjero. «Un ano cunha Erasmus ou así pode ser, pero iso de pasar a vida en Alemaña ou por aí non», zanja.

«Traballarei no que haxa»

Debe ser por eso de tener tantas opciones que Carmen no sabe con cuál quedarse e, incluso, pensarlo le genera estrés. «Eu traballarei no que haxa, tampouco quero empezar a raiarme con iso», dice nerviosa. ¿Un futuro académico en la universidad tal vez? «Non me parecería mal quedar na universidade... Gustaríame un bo traballo, que estea ben pagado, iso si». Que para eso se está hinchando a hacer números. El cambio a la universidad le costó, o al menos eso dice. «As matemáticas agora dan máis traballo e son máis duras e máis teóricas, pero gústanme», señala. Y, como siempre tiene que haber algo que cueste un poco, ella no se libra de su batalla particular. «O que me custan son as memorias de laboratorio, pero vaia, hai que facelas», se resigna esta hija de profesores que tiene a sus padres dando Matemáticas -cómo no- e Historia en el instituto donde la vieron crecer. Nunca partió de ellos la insistencia en que su hija estudiase a tan alto nivel, ni falta que hizo. Ella misma quiso participar entre 1.º y 3.º de ESO en Estalmat (Estímulo de Talento en Matemáticas) en Santiago, donde formó parte del grupo de 25 niños que seleccionaron de toda Galicia.

En el cole dice que también le pegaba bien a las letras, -«gozo moito lendo e coa literatura»-, pero recuerda perfectamente la asignatura que se le atragantó: «Educación Física. Bufff... que paquete era». Todas nun cesto non collen, y con la de músculo que entrena en la cabeza ya no le quedan fuerzas para más.

 «A nota da selectividade non condicionou nada»

Hace tres años, el alumno Iván Arias (Vilar de Donas, Palas de Rei, 1998) alcanzaba la tercera nota más alta de Galicia en selectividad. Nada más y nada menos que un 9,90 sobre 10 y un 13,90 sobre 14. Pese a poder elegir la carrera que le apeteciera, optó por matricularse en Filoloxía Inglesa en la Universidade de Santiago de Compostela. «Hai que estudar o que a un lle gusta e teste que sentir motivado. Tiña moi claro que a nota de corte non ía condicionar o meu futuro laboral, e así foi. A nota da selectividade non condicionou nada», indica Iván, que, tras un año de Filoloxía Inglesa, en el que por supuesto mantuvo sus excelentes notas, decidió cambiarse al alemán. «Despois de cursar o primeiro ano de inglés e ter alemán de segunda lingua deime conta de que me gustaba máis o alemán, e decidín cambiar de carreira», explica Iván que también vio en la lengua germana más posibilidades de trabajo. «O mercado inglés está moito máis explotado e o alemán domínao menos xente, polo que as posibilidades son maiores», apunta.

Erasmus en alemania

Este año, coincidiendo con su tercer año de carrera, se encuentra de Erasmus en la ciudad de Mainz, Alemania. «Necesitaba meterme de cheo no país para empaparme da lingua e soltarme máis ao falar. Cheguei en outubro e remato agora en xullo. A experiencia foi das mellores da miña vida e noto que mellorei moitísimo en canto ás habilidades comunicativas. Todas as clases son en alemán e a miña vida cotiá desenvólvese nesta lingua, polo que che obriga a desenvolverte en todos os aspectos», explica.

En cuanto a su futuro laboral, a Iván le gusta la parte de la docencia, pero también le atrae mucho la investigación lingüística en el ámbito universitario. «O que máis me gusta é a parte de literatura e, dentro deste eido, a lingüística en xeral, sobre todo a semántica e a sintaxe. Dado que en linguas modernas en cinco ou seis anos podes sacar ata dúas linguas de formación de grao, non descarto continuar estudando para obter isto», indica este estudiante, que a pesar de la morriña por su tierra optó por irse un curso al extranjero para prepararse y seguir brillando en su futuro.

 «Quiero tener un fondo de inversión»

Sergio Manuel Justo Maceda logró una de las mejores notas de las pruebas ABAU (Avaliación do Bacharelato para o Acceso á Universidade) en el 2018. El joven de Monforte obtuvo un 13,15 en los exámenes después de haber superado el bachillerato con matrícula de honor. «No me parecieron difíciles», indica Sergio, que acaba de cumplir 19 años. Con su calificación no tendría problemas para estudiar en cualquier universidad, pero decidió hacerlo a distancia. «Me matriculé en Matemáticas en la UNED porque así ahorro tiempo, no me tengo que desplazar y me organizo yo», explica. Ahora, tras superar con buenas notas el curso, confiesa que no está del todo contento. «Soy un poco crítico con la carrera, no me acaba de convencer el sistema porque me gustaría que se diera la teoría y la aplicación junta». Si el próximo año sigue sin estar convencido se planteará si continuar o no. «Veremos qué tal, si no, igual cambio».

Carlos Castro

 No es la primera vez que Sergio estudia a distancia, ya que terminó el bachillerato de esa forma tras comenzarlo en el IES Río Cabe de Monforte. «Los profesores metían mucha presión con el selectivo; en clase se hablaba casi más de esa prueba que de la materia. Sé que lo hacían con buena intención, pero yo no necesitaba esa presión. Siempre pensé que la selectividad no era para tanto, y de hecho no lo fue. Porque aprendo con mucha facilidad y me estaban vendiendo una dificultad que nunca la vi como tal. Si hubiese quedado en el instituto de Monforte se me habría hecho el curso interminable», confesó a La Voz el año pasado tras obtener una de las mejores calificaciones de selectividad.

A la hora de elegir la carrera Sergio explica que, a pesar de que estudió el bachillerato de Ciencias Sociales, eligió Matemáticas porque «con los avances que hay, en 20 años es la única que no va a quedar obsoleta, los axiomas matemáticos seguirán siendo los mismos. Es, además, la base de la informática y muchas otras cosas y quería estudiar algo así porque tengo interés por muchas disciplinas». Cuando acabe los estudios el monfortino tiene claro lo que quiere hacer: «Quiero tener un fondo de inversión».