Completar el tratamiento con antibióticos puede generar resistencias

Europa Press REDACCIÓN

SOCIEDAD

PILI PROL

Un estudio desmiente este consejo médico tan arraigado y recomienda detenerlo antes de hacer un uso abusivo

27 jul 2017 . Actualizado a las 21:01 h.

Uno de los consejos más arraigados en Medicina es el que recomienda completar los tratamientos con antibióticos para evitar las resistencias a los mismos. Sin embargo, un estudio publicado en la revista British Medical Journal ha evidenciado que esta recomendación no está basada en pruebas científicas.

Se trata de unos medicamentos «vitales» utilizados para prevenir y tratar las infecciones bacterianas, pero su uso abusivo está provocando una amenaza global y urgente para la salud de la población debido a la aparición de resistencias a los mismos. Cuando una persona toma antibiótico, las cepas de la bacteria sensibles al medicamento son reemplazadas por las resistentes. Por lo tanto, una persona que haya recibido uno de estos tratamientos es más propensa a tener otra infección resistente.

Desde hace años diferentes instituciones sanitarias como el CDC estadounidense y la OMS han empezado a ver las orejas al lobo y prevén un sombrío panorama en el que muchas personas morirán a causa de bacterias resistentes a los antibióticos, pues muchas infecciones hoy fácilmente tratables con medicamentos dejarán de serlo. En un artículo publicado anteriormente por La Voz, la química de la USC Concepción González Bello, que trabaja en el desarrollo de nuevos antibióticos, ya advirtió que «cada vez serán más numerosos los casos de resistencias y más extendidos» y que «hay muchos casos en los hospitales en los que gente no se muere por la enfermedad que tiene, sino por infecciones que no se pueden tratar con antibióticos eficaces». Germán Bou, jefe de microbiología en el Chuac de A Coruña, tampoco es optimista, a menos que la comunidad mundial dé un giro a la situación mediante la alianza de científicos e instituciones sanitarias para buscar nuevas alternativas al problema.

Lo que ocurre es que cuanto más se abuse de estos fármacos, las bacterias mutarán para defenderse de los ataques hasta convertirse en invulnerables. Los microbios son, al fin y al cabo, organismos vivos que también luchan por sobrevivir. Y sucede también que poner un nuevo antibiótico en el mercado requiere una enorme inversión que las farmacéuticas apenas pueden rentabilizar, ya que en diez años o menos es posible que ya no sean efectivos.

El pasado mes de febrero, la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria y el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades publicaron un informe en el que se alertaba de la «alarmante» amenaza que representan las bacterias resistentes a antibióticos para la salud humana, responsables ya de unas 25.000 muertes anuales en la Unión Europea.

Aunque siempre se ha considerado que no completar el tiempo de tratamiento prescrito por los facultativos es una de las causas de aparición de estas resistencias, el nuevo trabajo realizado por investigadores de Brighton, Reino Unido, ha puesto de manifiesto precisamente lo contrario. Los científicos han comprobado que cuando los pacientes toman antibióticos durante más tiempo y no lo abandonan a tiempo se ponen en riesgo, «de manera innecesaria», a presentar resistencias a los mismos. No obstante, prosiguen, sí existe evidencia científica de que en muchos casos, excepto los casos de tuberculosis, detener antes el tratamiento con antibióticos es una manera «efectiva y segura» de reducir su uso abusivo.

Por todo ello, los investigadores han solicitado a los médicos, autoridades políticas y educadores que reconozcan y avisen de que el consejo de completar el tratamiento no está respaldado científicamente y fomenten la investigación para poder recomendar abandonar las terapias antibióticas una vez el paciente se sienta mejor. Por ejemplo, para tratar una amigdalitis, lo habitual es que el médico recomiende 10 días de antibióticos. Para la neumonía, también 10 días. Sin embargo, algunos ensayos han comprobado que con un tratamiento de entre tres y seis días para el primero, y de cinco para el segundo, es suficiente.

«Ya es hora de que políticos, educadores y médicos dejen atrás esta idea», indica uno de los autores, Martin Llewelyn, especialista en Microbiología e Infección en el Brighton and Sussex Unniversity Hospital. El experto destaca la necesidad de estudiar en mayor profundidad a partir de qué momento es seguro dejar el tratamiento antibiótico y resalta que las recomendaciones de completar los tratamientos están basadas en la tradición y no en evidencias científicas.

El estudio atribuye la costumbre de alargar los días con antibiótico para evitar la resistencia de las bacterias a los orígenes de estos tratamientos y las primeras pruebas con la penicilina. «Si usas penicilina, usa suficiente», aseguraba hace seis décadas Fleming. De todos modos, hoy en día está comprobado, según aseguran los autores de esta investigación, que para la mayoría de caso no es eficaz e incluso puede ser perjudicial.