Rosie la Remachadora y su «We can do it» no es tan feminista como se creía

La Voz

SOCIEDAD

JOHN G. MABANGLO | EFE

La escritora Gloria Fortún explica la verdadera historia que se esconde detrás de esta mujer a la que se le considera un icono de la lucha

30 ago 2017 . Actualizado a las 12:27 h.

Rosie la Remachadora y We can do it  es una ilustración que se considera un icono feminista que representa la lucha en manifestaciones del Día de la Mujer y que incluso es empleada por famosas para mostrar su compromiso. Y es que pocos dudaron en algún instante que esta imagen no mostrase el feminismo y tuviese algún tipo de connotación negativa a espaldas. Sin embargo, la escritora Gloria Fortún ha desatado la polémica en Twitter al explicar por qué esta mujer y la frase que acompaña la fotografía no es tan feminista como parece.

Pero, ¿conoces la verdadera historia que se esconde detrás de esta imagen? La escritora ha explicado que, en primer lugar, el icono fue creado por un hombre, JH Miller, durante la II Guerra Mundial. Hasta ahí no habría ningún problema, pero según explica Fortún el objetivo era que «las mujeres realizasen el trabajo de los hombres» cuando se marchaban a la guerra. A mayores, es preciso destacar que se creó en los años 40 y que representaba a miles de mujeres. Eso sí, blancas.

Aún así y sabiendo que este hecho ya desmonta algún estereotipo que otro teniendo en cuenta que convencían a las mujeres para que se dedicasen a trabajos de «hombres», esta ocupación que ellas realizaban era transitoria. Y es que al acabar la guerra volvían a dedicarse de nuevo al hogar. Y con palmadita en la espalda porque «nunca pensamos que serías capaz de hacer el trabajo de un hombre».

Además, cobraban un 50% menos que sus compañeros masculinos y, como se dijo con anterioridad, el empleo estaba restringido a las mujeres blancas, ya que las demás sufrían, si cabe, aún más tipos de discriminación. La escritora ha incidido en que mirar los carteles de Rosie no le «gusta» y en que el feminismo «no tiene que molar» porque «no es autoayuda, ni una moda. Es lucha».