Los montes gallegos de Froxán y Covelo, distinguidos por la ONU

Antón Parada LOUSAME / LA VOZ

SOCIEDAD

Son los únicos bosques españoles que Naciones Unidas incluye en su lista de espacios naturales bien gestionados por colectivos locales

03 sep 2017 . Actualizado a las 13:52 h.

Es obvio que Galicia alberga auténticos tesoros en cada uno de sus bosques, pero para que una joya pueda brillar alguien debe pulirla antes. Históricamente, los orfebres al cargo de esta tarea se han correspondido con la comunidades de montes. Ese es el motivo por el cual, este año, los montes de Froxán y de Santiago de Covelo -en el concello coruñés de Lousame y en el pontevedrés de Covelo, respectivamente- se han convertido en los primeros de España y terceros de Europa en entrar en el registro ICCA, dependiente del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.

Esta distinción internacional reconoce a aquellos espacios naturales que sean gestionados, recuperados o rehabilitados con eficacia por comunidades locales o indígenas, así lo explica Sergio Couto, integrante de Iniciativa Comunal, el ente que cumple la función de enlace con la ONU en España y se encarga de facilitar los procesos de evaluación de las candidaturas al ICCA. «A metodoloxía de elección funciona como un revisión científica a pares, diversos expertos de ámbito internacional analizan e aproban as propostas individual e confidencialmente», destaca Couto, para apuntar que ya hay dos nuevas solicitudes desde Galicia, que competirán con tres andaluzas y dos castellanomanchegas en 2018.

Las razones

En el caso del monte de Froxán, los especialistas tuvieron en cuenta todo el trabajo realizado por las diversas generaciones de comuneros en las 100 hectáreas que abarca. Los vecinos apostaron por una ruptura frontal con el eucalipto y la acacia, que han ido talando para sustituirlas por especies autóctonas como el carballo o el castaño. Además, como se trató de un enclave minero, también se apostó por la recuperación del terreno afectado por la dureza de los sistemas extractivos de los siglos XIX y XX.

«Temos o proxecto de rehabilitar unha antiga casa do poboado mineiro», explica Lucía Cao, hija de comuneros y coordinadora de la Aula da Natureza, el otro factor que les aseguró la entrada en el registro de la ONU. A través de este proyecto educativo, están creando una plantación de frutales y ya han implicado a más 150 escolares en actividades.

El premio al esfuerzo realizado por los comuneros pontevedreses se articula en varios ejes. Alexandre Cendón, el presidente del colectivo de Santiago do Covelo, indicó que la introducción de la silvicultura logró establecer una simbiosis perfecta con el pastoreo de los vecinos. También lograron reducir a 5 hectáreas (de 700 iniciales) el terreno destinado al eucalipto, para sustituirlo por el abedul y abrir paso al carballo, tarea que se complementa con rozas selectivas para prevenir incendios.

«Apostamos polo patrimonio histórico propio, procedendo á catalogación de mámoas, petróglifos, un castro e un asentamento romano», destacó Cendón del aspecto histórico de su labor de recuperación del monte, que también incluyó cruces pétreas y molinos en desuso. Además, los comuneros colocaron paneles informativos y habilitaron una ruta de senderismo para disfrutar de todos estos elementos.