Polémica al impedir el uso de mallas a mujeres musulmanas en una piscina de Vilalba

Xosé María Palacios Muruais
Xosé María Palacios VILALBA / LA VOZ

SOCIEDAD

ALBERTO LÓPEZ

El Concello asegura que se actuó por higiene y por seguridad

07 sep 2017 . Actualizado a las 17:21 h.

Una excursión veraniega al parque acuático de Vilalba -situado en el área recreativa de A Madalena, en las afueras de la capital chairega- acabó en una queja presentada en las oficinas municipales y en una polémica en la que el uso del burkini se ha introducido como causa de fondo de la cuestión.

Un grupo de ocho personas, todas musulmanas y residentes en Lugo, iban a entrar en las instalaciones. Siete de ellas forman parte de una misma familia, aunque de tres generaciones diferentes, y la otra nació en España y es de religión musulmana. Una de las mujeres del grupo, natural de Marruecos pero afincada en España desde hace ya siete u ocho años, explicó que cuando llegaron, le dijeron a la persona de la entrada que ella y una amiga que formaba parte de la expedición se iban a bañar con mallas y con camiseta. La persona que las atendió les dijo que no era posible y que tendrían que ponerse unos pantalones cortos. Las jóvenes no accedieron a esa petición.

Rechazo

Una de las jóvenes manifestó que la actitud del personal de la entrada había sido de rechazo desde el principio, ya que, dijo, ni siquiera se molestó en ver cómo era realmente la indumentaria que ellas dos iban a utilizar mientras disfrutasen de las instalaciones. Algunos de los hombres del grupo ya habían acudido antes a las instalaciones, muy frecuentadas por residentes en la Terra Chá y de otras zonas próximas.

Los trajes que iban a utilizar las dos jóvenes eran parecidos a los de neopreno, aunque no exactamente iguales. Uno de ellos se compró en Marruecos, y otro, en España, según explicaciones de la asociación lucense Bonhomía, que tramitó la queja ante el Concello vilalbés. Las consecuencias que se pueden derivar de esa queja parecen más bien escasas, aunque la intención con la que se presentó era en cierto modo simbólica: «Que se den cuenta de su error», dijo la joven.

«Tormenta nun vaso de auga»

Para el alcalde vilalbés, Agustín Baamonde, lo ocurrido es más bien «unha tormenta nun vaso de auga» y «unha esaxeración». De todos modos, el regidor recalcó que lo ocurrido con esas personas no era un caso de discriminación y que no había argumento ninguno para ver motivos étnicos o religiosos en el comportamiento del personal del parque acuático, que es de titularidad municipal pero cuya gestión está encomendada a una empresa.

Baamonde subrayó que si dos jóvenes del municipio de Vilalba hubiesen llegado al parque acuático con la misma intención y con la misma indumentaria que esas dos jóvenes, el trato que se les habría dado sería el mismo, con la consiguiente prohibición de bañarse en el recinto con ese tipo de ropa.

Seguridad

El alcalde recalcó que la disposición de las instalaciones, con un tobogán por el que se desciende a la zona de baño, hacía aconsejable la prohibición de algunas vestimentas, teniendo en cuenta, dijo, que se hace por conseguir unas condiciones de seguridad y que «nin relixión nin crenzas» son la razón que las sustenta sino solo un «interese xeral».

Además destacó que al parque acuático acudían personas de otras etnias y que ninguna de ellas había formulado en algún momento quejas por la obligatoriedad de tener que cumplir determinadas normas dentro del recinto.