La alimentación, el ejercicio y el control del estrés retrasan el envejecimiento

La Voz MADRID / EUROPA PRESS

SOCIEDAD

CÉSAR TOIMIL

En líneas generales, se trata de evitar los productos perjudiciales o que puedan llegar a ser tóxicos

02 oct 2017 . Actualizado a las 08:06 h.

Una alimentación saludable, practicar ejercicio físico de manera regular y controlar el estrés son algunas de las claves aportadas por la directora del International Medical Institute de Vithas Internacional, Cecilia Almuíña, para retrasar el envejecimiento.

«Son numerosos los compuestos que han demostrado ejercer actividades biológicas relacionados con el antienvejecimiento, como la antioxidación, la antiinflamación o la detoxificación. En líneas generales, se trata de evitar los productos perjudiciales o que puedan llegar a ser tóxicos y elegir alimentos cuyos componentes hayan demostrado contrarrestar los principales procesos biológicos responsables del envejecimiento», apunta Almuíña.

En este sentido, la experta asegura que son tres los elementos a la hora de elegir una alimentación saludable: el contenido antioxidante de los alimentos, la selección de alimentos fuentes de grasas insaturadas y las proporciones saludables mediante la restricción calórica necesaria en cada caso. En concreto, los alimentos de origen vegetal son los que aportan mayor contenido antioxidante, especialmente las frutas y hortalizas, el cacao, el aceite de oliva virgen extra, las aceitunas, el té verde y los frutos secos.

Los mejores aceites

Otro elemento clave es el contenido graso insaturado de los alimentos, puesto que una dieta rica en omega 3 (hojas verdes, aceites de semilla y aceites de pescado) y omega 6 (aceites de maíz, girasol y soja) tiene efectos biológicos protectores de la salud como anticancerígenos, antiinflamatorios, antiagregación plaquetaria y de protección frente a la sequedad de la piel.

El último punto es la restricción calórica que, como señala la especialista, consiste en equilibrar el consumo de calorías de la dieta en consonancia con el gasto calórico. «Con ello conseguimos niveles más bajos de glucemia, menor proporción de radicales libres y un incremento de la adiponectina, que tiene un efecto antidiabético. La reducción calórica permite retrasar enfermedades asociadas con la edad, como cáncer, diabetes, arteriosclerosis, enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas», concluye la especialista.