Más de 200.000 gallegos se hacen cada año cribados para detectar enfermedades

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

SOCIEDAD

CESAR QUIAN

Con la implantación generalizada de la prueba de colon se elevará significativamente la cifra

12 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Detectar cuanto antes una enfermedad para mejorar el diagnóstico y el tratamiento, o incluso llegar a evitarla. Este es el objetivo de los cribados poblacionales. Se trata de procesos continuos que realiza una Administración sanitaria, no puntuales, y que se ofrecen al total de los ciudadanos sanos que entran en un determinado segmento de edad o sexo. En Galicia cada año más de 200.000 gallegos realizan estas pruebas para tratar de reducir la incidencia de algunas patologías, incluido el cáncer, y en todo caso mejorar la calidad de vida de los afectados.

Hay actualmente cuatro cribados poblacionales, y su origen es muy diverso. El de la detección precoz del cáncer de colon es el más reciente. Comenzó en Ferrol en el año 2013 y acaba de ampliarse a toda Galicia. El de enfermedades metabólicas y endocrinas en el período neonatal, sin embargo, se remonta a 1978. Arrancó como un programa estatal y un nombre que chirría hoy en día, Plan Nacional de Prevención de la Subnormalidad. Entre estos dos aparecieron el de detección de cáncer de mama, en 1992, y el de hipoacusia neonatal, en el 2002.

Según los últimos datos recogidos por el Sergas, más de 200.000 gallegos se sometieron en un año a estas pruebas. En concreto, 153.800 mujeres participaron en el de mama y más de 19.000 bebés en los dos cribados para los recién nacidos -hipoacusia y patologías metabólicas y congénitas-, mientras que en el caso de colon, al estar todavía en fase de implantación, los datos no son indicativos. Participaron 92.000 personas desde su puesta en marcha en el 2013, pero la cifra aumentará considerablemente en los próximos años.¿Y qué lleva a una Administración a tomar la decisión de realizar un cribado, con lo que eso implica en coste y movilización de recursos?

Raquel Zubizarreta, responsable de estos programas en el Sergas, lo explica: «Tienes que hacer un balance de los beneficios que aporta el cribado y de sus efectos negativos», cuenta. Porque estos últimos también existen. Por ejemplo, los falsos positivos, que a veces obligan a hacer una biopsia a una persona sana; los falsos negativos, que dan una sensación de tranquilidad y pueden ocasionar retrasos en el diagnóstico; la ansiedad que producen estos falsos positivos en los pacientes hasta que se descartan; el sobrediagnóstico o el sobretratamiento, abordando tumores que no iban a evolucionar.

Los cuatro cribados existentes en Galicia han demostrado ya su efectividad. En algún caso para reducir la mortalidad y adelantar el diagnóstico, en otros para dar mayor calidad de vida, y en otros, incluso, para evitar que aparezca la enfermedad.

El de colon, en este sentido, es el único que puede llegar a impedir el cáncer, ya que al extirpar los pólipos imposibilita que evolucionen en lesiones cancerosas. El de mama, por su parte, no evita que aparezca la enfermedad, pero sí mejora el pronóstico con la detección precoz. En el último informe del Sergas se recoge que la supervivencia a diez años sube al 93 % si el cáncer se detecta en el cribado; se queda en el 83,8 % en el grupo de mujeres a quienes se les detectó entre mamografía y mamografía, y baja al 76,4 % en las mujeres que sufrieron un cáncer al margen de este programa.

En el caso de los cribados neonatales, su objetivo es detectar enfermedades en los recién nacidos. El de la hipoacusia neonatal se hace para constatar que no existe sordera en el niño, con una prueba que se llama potenciales evocados automatizados. Se le colocan unos auriculares al bebé, entre tres y cinco minutos en cada oído, al mismo tiempo que tres electrodos. «Se ha demostrado que mejora la calidad de vida de los niños, porque con una detección precoz pueden aprender a hablar a pesar de la sordera», explica Zubizarreta.

En cuanto al cribado de patologías metabólicas, se buscan unas 29 enfermedades, aunque la efectividad no es igual en todas. En las clásicas, con las que comenzó este cribado, como el hipotiroidismo o la fenilcetonuria, «no solo aumenta la calidad de vida, sino que incluso se reduce la mortalidad», aunque en otras los resultados no son tan evidentes.

El de cérvix, a la espera de que se apruebe, es el único que se prevé incorporar pronto

Los cribados son un claro ejemplo de una de las patas de la medicina moderna, la prevención y la detección precoz. ¿Pero hacia dónde camina el futuro de estas pruebas? En España, el cribado de cáncer de cérvix para las mujeres llegará, aunque está pendiente de que lo refrende el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud y de que se incorpore a la cartera básica común mediante una orden ministerial.

El grupo de trabajo creado por Sanidad ya aprobó su idoneidad, e incluso Castilla-La Mancha anunció que lo pondría en marcha en solitario. En este caso la población diana serían las mujeres a partir de los 25 años, y la prueba a realizar una citología, para detectar un posible tumor de cuello de útero.

Próstata y pulmón

Y, tal y como explican desde el programa de cribados del Sergas, esta es la única prueba que hay en el horizonte. Desde hace años se ha hablado de otros dos cribados para prevenir cánceres, el de próstata y el de pulmón, pero no se prevé que lleguen a Galicia en los próximos años. En el primero de los casos hay evidencia suficiente como para no recomendarlo a todos los hombres, sino que la prueba que se utiliza, medir los niveles de PSA, «solo se pide cuando hay algún síntoma relacionado, pero no en personas sanas», explica Zubizarreta.

En cuanto al de pulmón, se está estudiando en personas fumadoras o que han tenido un hábito tabáquico durante un tiempo elevado o de intensidad, pero faltan muchas evaluaciones porque, aunque parece que el cribado reduce la mortalidad, lo hace con muchos efectos adversos, como falsos positivos y excesos de biopsias, «por lo que, si alguna vez se convierte en un programa poblacional, todavía le falta mucho recorrido», explican desde el Sergas.