Rita, la bisabuela de las vacas gallegas

Dolores Cela Castro
Dolores Cela LUGO / LA VOZ

SOCIEDAD

Alberto López

Con 25 años recién cumplidos, es la vaca cachena más longeva de Galicia y no solo de esta raza, sino de todas las autóctonas en peligro de extinción

20 ene 2018 . Actualizado a las 20:27 h.

Con 25 años, cumplidos en el pasado noviembre, Rita es la vaca cachena más longeva de Galicia y no solo de esta raza, sino de todas las autóctonas en peligro de extinción. Lo certifica el libro genealógico de Boaga, la federación de razas autóctonas de Galicia, que se encarga de velar por su supervivencia y expansión. Nació en 1992, en Olelas, Entrimo, en Ourense. Vivió durante unos meses en Curtis y antes de que cumpliera el año, se la llevaron con su madre a Viveiró (Muras), a la comunidad de montes Teniente y Xistral. Desde entonces no volvió a viajar. Allí pasta junto a otras 56 vacas más de su misma raza y a dos toros que se encargan de que aumente la población de cachena. Dispone de 650 hectáreas de terreno en pleno monte, que son las que explotan los 12 comuneros y por las que andan sueltas los 365 días del año.

Rita, que figura en el registro fundacional de la raza autóctona cachena, siguió cumpliendo años a partir de 2015 en que tuvo su última cría, porque su presencia en el rebaño es necesaria para que la comunidad de montes pueda seguir cobrando las ayudas de la PAC, según admitió su presidente, Arturo Miranda. La presencia del lobo en O Xistral, que ataca sobre todo a las crías, impide que el crecimiento del rebaño evolucione en la misma medida que los nacimientos. En el pasado año tuvieron 3 bajas, y en el anterior 7, por lo que Rita sigue siendo imprescindible. Según Miranda, si no fuera por los ataques de estos depredadores, en lugar de 56 reproductoras en el rebaño, tendrían el doble.

Comida cada dos días

Ahora que Rita ya no procrea mantiene otra función, la de guía. Entre las vacas también existen jerarquías. Al ser la más veterana -la siguiente en edad tiene 18 años- es ella la que conduce al resto en sus desplazamientos por el monte.

La cachena más vieja de Galicia no acudió, sin embargo, a su cita en el recuento de rebaño que la comunidad de montes realizó el pasado martes en O Xistral. Después de que el tractor depositara en una finca los fardos de silo con los que alimenta cada dos días a las vacas en el invierno, cuando escasean los pastos, faltaron tres cabezas de ganado. Una de ellas, Rita. Tampoco acudió uno de los sementales.

Arturo Miranda Pena, presidente, y Andrés Chao Orosa, tesorero de la comunidad de montes, tienen constancia de que hace dos semanas la vaca estaba en perfecto estado, pastando en medio del rebaño. Justificaron su ausencia en esta cita en que para reunirlas echaron la comida en una zona despejada de la sierra, que no suele ser la habitual, y posiblemente la vaca prefirió quedarse al abrigo de los pinos, en lugar de salir al encuentro del tractor cargado de hierba. No es de extrañar en una mañana muy fría y de niebla cerrada.

La comunidad de montes mantiene el rebaño de cachenas porque también les permite mantener el monte limpio. «Son unhas excelentes desbrozadoras e é unha das poucas razas que é quen de sobrevivir no monte nas condicións extremas que se dan no Xistral», señaló Arturo Miranda. «Son boas comedoras e nada exquisitas», añadió.

Los machos, para carne

Los comuneros de Viveiró no crían ellos mismos a los terneros machos para venderlos para carne porque tendrían que disponer de una nave para mantenerlos fuera del alcance de los lobos. «Non nola deixan facer -señaló Andrés Chao- porque estamos en Rede Natura. Por non deixar, non nos permiten nin limpar as leiras».

La comunidad retira los machos del monte en noviembre, antes de que empiecen los problemas con la comida. Las hembras quedan para la recría, si es que consiguen sobrevivir a los ataques de los lobos.

El último lote que vendieron fueron 17 machos, con entre dos meses y medio y siete meses, que adquirió un cebadero de Teruel.