Juan J. Badiola: «La enfermedad priónica detectada en ciervos es una amenaza en Europa»

JOEL GÓMEZ SANTIAGO / LA VOZ

SOCIEDAD

SANDRA ALONSO

«En poco tiempo se podrá alargar la vida de las personas afectadas de estos males, ahora sin tratamiento», afirma el presidente del Consejo General de Colegios Veterinarios de España

25 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

«El prion es un agente aún poco conocido; novedoso, por ser capaz de multiplicarse sin tener ácidos nucleicos en su constitución, como los restantes agentes vivos que se reproducen. Eso es una paradoja de la biología, que interesa a biólogos, veterinarios, bioquímicos, médicos, físicos y a otros profesionales», afirma Juan José Badiola, presidente del Consejo General de Colegios Veterinarios de España. Es ponente en el congreso mundial Prion 2018.

-¿Por qué una paradoja?

-Porque otras moléculas químicas, también priones, son beneficiosas. Como la proteína PRP celular, que protege la neurona; pero la PRP patológica la destruye. La diferencia entre ambas es solo de conformación arquitectural.

-¿Desde cuándo preocupa?

-Los efectos sobre la salud animal y humana se abordan hace tiempo, mucho antes de usar la denominación prion. La enfermedad priónica de la oveja se conoce desde el siglo XVIII. Y está descrita en visones, gatos, leones, panteras, tigres y otros felinos; o en cérvidos de vida salvaje en Norteamérica. Sabemos además que perros, caballos, aves o cerdos tienen una barrera molecular protectora, no les afecta.

-¿Cómo ha llegado a ser un problema de salud pública?

-El gran cambio ocurrió a raíz de la encefalopatía espongiforme bovina, la epidemia de las vacas locas y la gran crisis que originó en Europa. Se conocían la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, el insomnio familiar fatal y otras dolencias priónicas humanas, de baja incidencia. Pero las pérdidas en la ganadería y transmisión a humanos del mal de las vacas locas causó pánico.

-Eso es historia, ¿no?

-El mal de las vacas locas está erradicado, ya solo hay casos esporádicos. Pero acaba de describirse un mal priónico en dromedarios, en Argelia. Y en este congreso le damos mucha importancia a los cérvidos, porque han aparecido casos en renos en el norte de Europa hace poco. Y en Noruega se ha detectado incluso en ciervos, un animal que está por toda Europa; eso es muy preocupante.

-¿Hasta qué punto?

-La enfermedad priónica detectada en ciervos es una amenaza en Europa, pues cualquier país podría tener casos. La UE ya puso en marcha un programa de vigilancia en los países escandinavos, que incluye Polonia y las repúblicas bálticas. Lo curioso es que el agente priónico que afecta en Noruega parece una cepa distinta a la de Norteamérica; y al alce y al reno les afectan también cepas diferentes. Estamos en momentos de incertidumbre, y como vivimos en un mundo global, eso para las enfermedades humanas y animales infecciosas es un riesgo; y así se indica en este congreso de Santiago.

-¿Cuándo habrá buenas noticias para la salud humana?

-Creo que en poco tiempo se podrá alargar la vida de las personas afectadas de estos males, ahora sin tratamiento, prevención, ni esperanza alguna. Stanley Prusiner, el Premio Nobel que creó el concepto prion y habló aquí de sus investigaciones, ha probado numerosas drogas, y parecen existir perspectivas serias de un tratamiento próximo, que alargue la vida en personas afectadas de enfermedad priónica.

«Ahora la carne de vacuno gallega goza de un gran prestigio, porque se produce bien»

Badiola destaca que la investigación en priones ha encontrado «que comparten mecanismos semejantes a males degenerativos como el alzhéimer o el párkinson, como el depósito de distintas proteínas patológicas en el cerebro; por eso se podrían hallar soluciones similares», sostiene.

-¿Cómo valora ahora la crisis de las vacas locas?

-El plan europeo para abordarla ha sido un éxito absoluto. Costó mucho dinero, pues se analizaron más de 10 millones de reses en los años de mayor incidencia; pero se identificaron las que suponían problemas y se superaron los riesgos. Fue un avance espectacular.

-¿Qué resalta de ese avance?

-En unos 20 años casi hemos acabado con una enfermedad difícil; se ha prevenido que se infectasen y después se muriesen personas. Y ha favorecido, además, que hoy Europa sea el territorio del mundo con mayor seguridad alimentaria, y lo digo con conocimiento de causa y con todas las consecuencias.

-¿Y cómo se consiguió?

-Corrigiendo fallos que había en el control alimentario, y la propia encefalopatía espongiforme bobina fue un notable fallo, pues nunca debió ocurrir. Se hizo un sistema de control nuevo, que afectó a todo, desde el productor al consumidor, del campo a la mesa; y a la industria alimentaria: transportistas y comercializadores. Por eso, aunque en Galicia ha sido un gran problema, ahora la carne de vacuno gallega goza de un gran prestigio y hay seguridad de que se produce bien, esa es otra consecuencia.