Los médicos reclaman al Gobierno que financie los fármacos contra la obesidad

r. r. garcía REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Sáshenka Gutiérrez | efe

Las complicaciones derivadas de la patología suponen el 7 % del gasto sanitario

13 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Uno de cada cinco españoles -el 22,8 % de los varones y el 20,5 % de las mujeres- son obesos, un porcentaje que en Portugal se eleva al 22,3 %. Sin embargo, es una de las enfermedades más infravaloradas, menos diagnosticadas y «menos tratadas de nuestra historia». Y ello a pesar de que las complicaciones derivadas de esta patología suponen el 7 % del gasto sanitario en España, ya que está asociada a otras doce enfermedades, desde la diabetes a la hipertensión pasando por la artritis y distintos tipos de cáncer. Son datos abrumadores que ayer pusieron sobre la mesa las sociedades española y portuguesa para la obesidad. Y un argumento suficiente que avala la petición realizada a los gobiernos de ambos países: que el tratamiento farmacológico para el tratamiento de la obesidad en adultos sea costeado por los sistemas públicos de salud.

Si bien es cierto que ninguna de las tres alternativas terapéuticas que existen en la actualidad -Orlistat, Liraglutida y Scale, aprobadas por la Agencia Europea del Medicamento- son la panacea para combatir el problema, sí han demostrado una cierta efectividad, algo que agradecen especialmente las personas con obesidad mórbida -con un índice de masa corporal superior a 30 o 27 si existe una asociación con otras patologías-, para las que el tratamiento convencional de ejercicio físico y una dieta saludable baja en calorías no funciona. Esta sigue siendo la primera y principal opción recomendada por los especialistas, pero en aquellos casos en los que no sea suficiente apuestan por el tratamiento farmacológico. Una terapia a la que en la actualidad solo pueden acceder el 5 % de los afectados. La mayoría no puede costearse los tratamientos, ya que las personas que tienen graves problemas de peso pertenecen, por lo general, a los colectivos sociales más desfavorecidos. Pocos se pueden pagar un control farmacológico que les puede suponer entre 50 y 300 euros al mes.

En todo caso, las sociedades médicas lanzan otra advertencia: la indicación debe hacerse en sujetos motivados para perder peso, remarcando la importancia de la participación del paciente en el control de su enfermedad».

«El mensaje no es que la obesidad es un problema de salud, sino que es una enfermedad con todas las letras», destacó ayer Albert Lecube, el coordinador del consenso ibérico sobre el tratamiento farmacológico de la obesidad en el paciente adulto.

«Limitar la accesibilidad a los escasos tratamientos farmacológicos disponibles hoy en día, cuando han demostrado su eficacia y seguridad en diversos ensayos clínicos durante su desarrollo, no puede ser una opción aceptable por nuestras sociedades científicas», subrayan en un documento de consenso la Seedo y la Speo. «Tratar farmacológicamente la obesidad -aseguran- no debería suponer una amenaza para los sistemas sanitarios».