La proteína del estrés podría servir como terapia para el cáncer del hígado

La Voz

SOCIEDAD

Un grupo de investigadoras españolas consigue retrasar en ratones este tipo de tumor para el que actualmente hay muy pocas opciones farmacológicas

10 abr 2019 . Actualizado a las 23:22 h.

La proteína p38 gamma, relacionada con el estrés celular, podría convertirse en una nueva diana farmacológica para el cáncer de hígado, un tipo de tumor para el que actualmente hay muy pocos tratamientos, séptimo en incidencia en varones y decimoséptimo en mujeres. Un grupo de investigadoras del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) ha descrito por primera vez que esta molécula regula la división de las células del hígado: al inhibirla o eliminarla han conseguido retrasar el desarrollo del carcinoma hepatocelular en ratones. ¿Qué significa esto? Que podría convertirse en una nueva diana farmacológica para el cáncer de hígado, para el que actualmente hay muy pocas opciones de tratamiento. Los resultados, según la investigadora principal, Guadalupe Sabio, «podrían ser extrapolados a las personas». De hecho, asegura que ya están desarrollando inhibidores de esta proteína para «intentar usarlas frente a este cáncer».

En su investigación, publicada en la revista Nature, han descubierto cómo p38 gamma, una de las cuatro p38 kinasas existentes, es necesaria para el inicio de la división celular de las células en este órgano. Esta familia de proteínas se activa cuando las células sufren cualquier tipo de estrés. «Las cuatro proteínas de la familia de las p38 kinasas son tan similares que, en principio, parecen que presentaban redundancia. Sin embargo, hemos observado que p38 gamma es también muy similar a la de otro grupo de proteínas conocidas como CDKs, las encargadas de regular la división y el ciclo celular, y vinculadas al desarrollo del cáncer», explica Sabio.

Las investigadoras profundizaron en estas similitudes con las CDKs. Así, vieron que un inhibidor de la CDK2 también disminuye la actividad de la p38 gamma. Además, descubrieron que las dos ejercen su acción sobre una proteína supresora de tumores clave en la regulación del ciclo celular.

Para comprobar si la p38g estaba realmente implicada en la división celular, la primera autora del artículo, Antonia Tomás-Loba, analizó qué sucedía cuando se inducía químicamente el cáncer de hígado a ratones con o sin esta proteína kinasa. «Tanto si faltaba esta proteína como si se bloqueaba su actividad con un fármaco, conseguimos retrasar el desarrollo del carcinoma hepatocelular», explica.

En colaboración con el Hospital Universitario de Salamanca, también han comprobado que la cantidad de esta proteína en hígado aumenta con la fibrosis hepática, un condición que precede al cáncer y que es mucho mayor en los pacientes con cáncer de hígado. «La ventaja de la inhibición frente a otras vías es que nuestros resultados apuntan a que la p38 gamma controlaría el inicio de ciclo celular tras el estrés, por lo que su inhibición no afectaría a otros tejidos que están en constante proliferación como el intestino o el pelo», detallan las científicas.

Según el informe Las cifras del cáncer en España 2017 publicado por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), la incidencia estimada de cáncer de hígado en España fue de 5.862 casos (4.252 varones y 1.610 mujeres). España presenta una incidencia de cáncer de hígado de aproximadamente 12 de cada 100.000 hombres y 3,5 de cada 100.000 mujeres.