Los otros peligrosos lagos de Instagram, las canteras de O Porriño

Laura Míguez Rúa
L. Míguez VIGO / AGENCIA

SOCIEDAD

Xoán Carlos Gil

Al menos cuatro explotaciones acumulan agua y se convierten en zonas de baño habituales y fondos para fotos

19 jul 2019 . Actualizado a las 22:12 h.

Monte Neme tiene competencia en el sur de Pontevedra. Más allá de las aguas turquesas de la mina abandonada, foco de instagramers y curiosos, existen también otros lagos artificiales igual de peligrosos que son el objetivo de fotografías y chapuzones: las canteras abandonadas de O Porriño. En diciembre del año pasado, desde la Fundación Centro Tecnológico del Granito de Galicia apuntaban a que había treinta explotaciones autorizadas, aunque solo ocho estaban activas.

Esto hace que las montañas ubicadas en las parroquias de Atios y Budiño sean auténticos quesos Gruyer rodeados de acantilados de dura roca. Los hay en fase de reconversión, donde los terrenos han sido rehabilitados y albergan ya plantaciones, están también los inactivos temporalmente, hasta que crezca la demanda de granito de la zona y vuelvan a la rutina, y los que se han convertido en estanques gigantes de aguas azuladas.

Y donde hay un paisaje llamativo, hay un curioso. En este caso, más de uno (como se refleja en Instagram bajo la etiqueta #Atios ), y también incluso bañistas habituales cuando el calor arrecia en este concello interior.

«Van muchos críos a bañarse porque la gente entra y sale sin problema. Hemos estado varias veces y no vimos vigilancia cuando en realidad es un peligro, porque puede haber cables de acero en la parte inferior que no son visibles o desconches de piedras, aunque es un terreno firme y granítico», alertan los vecinos de la zona, que reclaman desde hace tiempo que haya más control.

No es la primera vez ni la segunda que deben dirigirse a las empresas, al Concello (dueño de los terrenos que se explotan en modo de concesión) y a la policía local. Pero de momento ninguna medida ha servido para disuadir a los visitantes.

Los vecinos de la zona calculan que en O Porriño hay por lo menos unas cuatro lagunas artificiales, claro que no todas son igual de apetecibles porque en algunos casos la densidad de los materiales de la zona las hace poco llamativas para el baño. Carlos Alonso, vecino de Atios, destaca que en uno de los casos la laguna ha quedado de forma permanente para que sirva para decantar las demás y sirve también como recurso de agua para labores de extinción de los bomberos en casos de incendios.

Carteles

Entre las reclamaciones de los residentes en la zona figura que en los casos de explotaciones abandonadas se restablezcan las condiciones anteriores, es decir, se vuelva al paisaje que existía en el pasado. Pero no a cualquier precio. «Ya salimos a la calle a protestar en su momento porque no queremos que utilicen los espacios como escombreras, ni para enterrar allí productos peligrosos. Tienen que rellenarlos pero no de cualquier manera», explican desde Atios, cuya comunidad de montes pelea con el Concello de O Porriño por la titularidad de los terrenos y la gestión de las canteras.

XOAN CARLOS GIL

«Por un lado, hay muy poco control sobre las concesiones y las licencias; y, por otro, las empresas dicen que ponen carteles para avisar del peligro, pero la gente a eso no le hace caso», explican en el barrio. Los afectados reclamaron en su momento copia de los contratos de las firmas que trabajan extrayendo granito, para vigilar si se cumplían las cantidades, estaban en vigor los acuerdos y se correspondían con el trabajo y espacio ocupados. Pero, de momento, no han obtenido respuesta.