Una montañera sobrevive a un paro cardíaco de más de seis horas en Barcelona

Raúl Romar García
r. romar REDACCIÓN

SOCIEDAD

Atlas

Audrey, de 34 años, se salvó gracias a su estado de hipotermia y a la atención sanitaria en el Hospital Vall d'Hebrón

06 dic 2019 . Actualizado a las 09:43 h.

Es un caso absolutamente excepcional en el mundo. Único. Una mujer estuvo en parada cardíaca durante más de seis horas, uno de los más largos registrados en la historia, a causa de una hipotermia severa y su corazón dejó de latir. Salvó la vida gracias al trabajo de un equipo de profesionales médicos del hospital Vall d'Hebron de Cataluña y al grupo de Actuaciones Especiales de los Bombers de la Generalitat, que participaron en el rescate de la sudafricana Audrey Mash, que se perdió en los Pirineos junto a su marido.

«Cuánto más me informo y leo sobre el tema, más milagroso parece que haya sobrevivido»,destaca Audrey, que ya está recuperada, sin ningún daño cerebral, y fuera de peligro.

La mujer salvó la vida gracias a los especialistas de Medicina Intensiva, Cirugía Cardíaca y Anestesiología y Reanimación del hospital, que trabajaron de forma conjunta para aplicarle la técnica ECM0 (oxigenación con membrana extracorpórea) para reoxigenar los tejidos y recalentar a la paciente. Más de seis horas después de ser rescatada, el corazón de Audrey volvió a latir de forma autónoma.

«La primera valoración de Audrey indicaba que la situación era grave. No le encontraron ningún signo vital y le practicaron maniobras sanitarias prehospitalarias», explica el doctor Pere Serrat. Fue el primer diagnóstico que se hizo sobre las 15.30 horas del pasado 3 de noviembre, cuando un helicóptero de los bomberos consiguió localizarla en un lugar elevado de los Pirineos. Pese a las adversas condiciones meteorológicas, el equipo de rescate consiguió subirla y trasladarla hasta un campo base, donde empezaron las maniobras de reanimación cardiopulmonar.

Poco más tarde el Servicio de Emergencias Médicas inició las maniobras de reanimación cardiopulmonar avanzada, constatando que la paciente presenta una hipotermia severa. La temperatura de su cuerpo solo alcanzaba los 18 grados. Luego acudió un helicóptero medicalizado para trasladarla al Vall D'Hebron, que cuenta con un equipo especializado en la técnica ECMO, de una gran complejidad. Sobre las cinco y media de la tarde llegó al centro.

«Parecía que estaba muerta»

«El corazón no tenía actividad eléctrica, no había signos vitales, tenía la piel fría y livideces. Parecía que estaba muerta, pero sabíamos que, en el contexto de una hipotermia, Audrey tenía posibilidades de sobrevivir», explica Eduard Argudo, del servicio de Medicina Intensiva y miembro de la ECMO Team del hospital. De este modo fue trasladada directamente al quirófano, donde los profesionales del Servicio de Cirugía Cardíaca colocaron las cánulas de la máquina extracorpórea para hacer circular la sangre fuera del organismo.

La ECMO es una técnica que se usa en pacientes críticos que sufren enfermedades muy graves respiratorias o cardiológicas en las cuales no basta con el apoyo vital convencional. La máquina sustituye temporalmente la función de los pulmones o el corazón. Extrae la sangre a través de una cánula gruesa localizada en una vena de calibre grande, la mueve mediante una bomba centrífuga para que atraviese el oxigenador, donde se incorpora oxígeno, y se retira dióxido de carbono. Posteriormente, la sangre se reintroduce en el organismo por una vena o arteria, como se hizo en el caso de Audrey.

«Con Audrey, que estaba con hipotermia severa a 20 grados de temperatura cuando llegó al hospital, el objetivo era oxigenar la sangre y perfundir sus tejidos, pero también recalentarla para, lentamente, aumentar la temperatura corporal. Por lo tanto, la ECMO permitió llevar oxígeno a los tejidos y recalentar su organismo», apunta Eduard Argudo, el responsable del equipo.

El objetivo de aplicar la técnica extracorpórea a una paciente que llevaba en paro cardíaco más de dos horas antes de la llegada a Vall d'Hebron era, según Argudo, «ganar tiempo para que el cerebro recibiera oxígeno mientras tratábamos la causa del paro cardíaco y corregíamos las alteraciones que presentaba». «La hipotermia -añade- estuvo a punto de causar la muerte a Audrey, pero, a la vez, también la salvó, puesto que su organismo y, sobre todo, su cerebro, no se deterioró. Si hubiera estado en paro cardíaco tanto tiempo con una temperatura corporal normal, habríamos certificado su muerte. Pero sabíamos que, con una hipotermia tan severa, tenía una oportunidad de sobrevivir».

Después de que se le paró el corazón hasta que volvió a latir autónomamente, pasaron más de seis horas. Una vez recuperada, Audrey presentó una situación de disfunción multiorgánica que requirió tratamiento en la uci, en la que estuvo siete días. Aunque el seguimiento de la mujer continúa, otro de los hechos que convierte el caso en más extraordinario aún es que no parece presentar secuelas neurológicas. «Prácticamente no hay casos de personas que hayan estado con el corazón parado tanto tiempo y hayan podido ser reanimados», subraya Eduardo Argudo.

Audrey Mas había salido de excursión a los Pirineos, con su marido, Rohan, el pasado 3 de noviembre. Ambos son sudafricanos, pero residen en Barcelona. Iban a realizar un recorrido desde Coma de Vaca a Nuria, pero las condiciones meteorológicas fueron empeorando a lo largo de la mañana a causa del frío y la nieve. La mujer no recuerda nada de aquel día, pero Rohan explica que hacia la una de la tarde su mujer empezó a hablar de forma extraña e inconexa. Poco después dejó de moverse y quedó inconsciente. Rohan estaba en contacto con unos amigos que se encontraban en Vall de Nuria, quienes avisaron a los bomberos de la Generalitat. La pareja fue localizada gracias a una foto que les envió el propio Rohan.