«Con las últimas donaciones tenemos material para rato»

Elena Silveira
Elena Silveira A CORUÑA

SOCIEDAD

Cedida

Un grupo de amigos creó y entregó 560 pantallas de protección

04 abr 2020 . Actualizado a las 09:38 h.

Cuando los epi y los elementos de protección comenzaron a escasear en A Coruña y su área metropolitana, surgieron iniciativas ciudadanas para dotar con pantallas de protección a todos aquellos profesionales sanitarios que lo necesitaban. Un grupo de amigos encabezado por Berta, Felipe, Sonia y Carolina se pusieron manos a la obra y ya han entregado más de 560 máscaras de elaboración casera a diferentes instituciones y trabajadores del área coruñesa. Así, 10 se han ido para el centro de salud de Cee, 130 para el 061, 14 para el centro veterinario de Lugo y otras tantas para el 4 de Octubre, 214 para el Chuac, 36 para el centro de salud de los Mallos, 9 para el del Castrillón y otras 23 para el de Labañou, 10 para distintas farmacias, 25 para Aspace, 50 para el Concello de San Cosme de Barreiros, 20 para personal de diferentes residencias de ancianos y 4 para enfermeras de urgencias del CHUS. «Otra más se la enviamos a una chica que trabaja en la Casa del Mar y que nos la había solicitado», explica Sonia Pazos. «Y ya tenemos otra remesa casi preparada para la Policía Nacional de Ferrol y otra al hospital de Oza», añade.

La iniciativa tuvo la ayuda del programa Voces de A Coruña, de Radio Voz, que hizo de altavoz para conseguir gomas y cinta de doble cara, elementos necesarios poder seguir montando las pantallas. «Aunque colaboraron muchas mercerías y ferreterías, nos quedamos de nuevo sin gomas, así que hicimos otro llamamiento a través de Radio Voz y un grupo de enfermeras que conocían a la propietaria de otra mercería, nos consiguieron otros 300 metros de goma elástica». Sonia explica que, con esta última donación, tienen «trabajo y material para rato».

Sonia, que ejerce como portavoz del grupo, explica que lo más caro del proceso son los filamentos para las impresoras 3D, «pero de ese coste nos hacemos cargo nosotros. De hecho, cada bobina cuesta más de 30 euros y no usamos otras que son más baratas porque sería más lenta la elaboración y, después, las piezas se podrían romper con más facilidad. Serían más quebradizas», explica Sonia.

Otra ayuda fundamental que están teniendo es la de la empresa Nacex que, de forma desinteresada, entrega las pantallas ya montadas en aquellos lugares donde las necesitan. «Aunque, en algunos casos, son las personas o los colectivos interesados los que vienen directamente a por ellas», explica Sonia. Comenta también que la producción no para y que Berta y Felipe «han adquirido una cuarta impresora 3D para seguir elaborando las piezas» que sostienen las pantallas alrededor de la cabeza. Y, ahora, han iniciado otra producción para crear dispositivos que permitan abrir la puertas del Chuac con los codos, sin tocar las manillas.