Los barbanzanos acatan la norma en el primer día de uso obligatorio de las mascarillas

Marta Gómez Regenjo
M. Gómez RIBEIRA

SOCIEDAD

Las policías locales constatan que la mayoría de la población sale a la calle con las protecciones

21 may 2020 . Actualizado a las 20:01 h.

Aunque hace ya un tiempo que las mascarillas forman parte del paisaje urbano de las localidades barbanzanas, la orden de utilizarlas de forma obligatoria en la vía pública o espacios cerrados cuando no se pueda mantener la distancia de seguridad ha tenido una respuesta inmediata en el conjunto de la población. De hecho, esta mañana podía verse a personas paseando en solitario por amplios espacios abiertos en los que fácilmente podrían respetarse esos dos metros de separación luciendo las protecciones. Barbanza se ha puesto la mascarilla de manera casi unánime y las policías locales lo corroboran.

Padres paseando con sus hijos, personas mayores caminando en solitario, vecinos haciendo la compra e incluso grupos sentados a una terraza tomándose un café lucían las protecciones faciales. No son obligatorias, por cuestiones obvias, cuando se come o se bebe, pero no faltaba quien seguía con la mascarilla puesta mientras tomaba su consumición en la calle peatonal de Boiro. También las lucían muchos niños menores de 6 años —límite de edad fijado por el Gobierno central para su uso obligatorio—, y eran minoría quienes iban por la calle a cara descubierta.

Con todo, aunque la población en general está respondiendo positivamente a la obligación de llevar máscara protectora, también es cierto que no todo el mundo lo hace tan bien como debiera y comportamientos como subírsela y se bajársela constantemente para hablar o llevarla sin cubrir la nariz están muy extendidos todavía.

Dudas sobre el uso

Hacer un uso correcto de las protecciones es fundamental, señalan los expertos, y en este sentido a los farmacéuticos les toca hacer pedagogía con sus clientes, como explicaban en una botica de Ribeira: «La gente pregunta sobre todo de qué tipos hay, cuáles son más efectivas, si se pueden desinfectar las mascarillas quirúrgicas...». De todos modos, señalaban que, aunque en estos dos días se ha incrementado la demanda, no ha habido un abarrote porque «la gente ya estaba muy mentalizada y ya se estaban vendiendo muchas antes de ser obligatorio». En Boiro apuntaban a que la ciudadanía tiene mucha información sobre el uso de las protecciones, aunque alguna pregunta siempre cae: «Normalmente pregunta si son reutilizables».

En lo que respecta al incremento de la demanda, en Noia apuntaban que se están comprando mayores cantidades: «Normalmente levaban unha ou dúas por persoa e acaban de mercarnos un paquete de cincuenta».

La villa noiesa es, precisamente, donde ayer pudieron verse algunas aglomeraciones porque el primer día de uso obligatorio de las mascarillas coincidió con el mercadillo semanal. Aunque solo se instalan puestos de alimentos frescos, la feria siempre genera una mayor afluencia de personas y a ello estuvieron atentos los agentes de la Policía Local, que confirmaban el buen comportamiento de la población: «O 90 % da xente leva mascarilla».

No se registró ninguna incidencia y la intervención policial se limitó a realizar alguna advertencia a personas que no guardaban la distancia de seguridad. Llevar la protección facial es obligatorio solo si no se pueden garantizar los dos metros de separación, un aspecto que no resulta fácil de controlar cuando se camina por la calle, como reconocían en Boiro, donde se va a incidir en los grupos de varias personas que no las usen y no guarden las distancias.

En Rianxo, los agentes patrullan las calles a pie y en el primer día no hubo nada reseñable, al igual que en Ribeira, donde la Policía Local constató el mayoritario cumplimiento de la norma: «A impresión que temos é que a xente está sendo moi precavida». No lo son tanto en Muros, donde a algunos les está costando ponerse la mascarilla, como reconocían que los agentes.