Acepta cuatro años y nueve meses por maltratar y agredir sexualmente a su expareja

l. penide / s. gonzález REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

POOL / MONICA PATXOT

El condenado, un vilagarciano, vejó a su víctima desde que ella tenía catorce años hasta su mayoría de edad

22 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Con la celebración de un juicio en el que se sentaba en el banquillo un acusado de maltratar y agredir sexualmente a su pareja, la Audiencia de Pontevedra se adentró este jueves en lo que se conoce como la «nueva normalidad» generada por la pandemia del coronavirus. Así, es obligatorio el uso de mascarillas, mientras que ayer ya estaban terminando de colocar los adhesivos con las recomendaciones para mantener el distanciamiento social y los carteles. La vista en sí poseía un contenido duro. Un individuo, vecino de Vilagarcía, aceptó un total de cuatro años y nueve meses de cárcel por someter y agredir física, sexual y mentalmente a su expareja durante un período de cuatro años, que se inició cuando ella apenas tenía catorce. Esta era, al menos, la acusación que pendía sobre él y que le había hecho acreedor a una petición fiscal muy superior: 22 años de prisión por un delito de maltrato habitual contra la mujer, un delito continuado de agresiones sexuales con penetración y tres delitos de lesiones contra la mujer, así como dos delitos por coacciones graves.

Tres episodios violentos

Los hechos por los que el arousano llegaba a la Audiencia se basaban en tres episodios, el primero de los cuales tuvo lugar cuando ella todavía era menor de edad. La agresión comenzó en un pub y concluyó en el domicilio del acusado, que la golpeó y acabó forzándola a mantener relaciones sexuales. Otro de los ataques se produjo el mismo día en el que la chica celebraba su 18 aniversario, Discutieron de nuevo y él le propinó un puñetazo en un ojo. La muchacha no se decidió a acudir al juzgado, hasta que, meses después, sufrió una paliza tras otra agresión en un pub de la capital arousana. Después de obligarla a hacerle una felación, el hombre la retuvo en su casa.

La Fiscalía tuvo en cuenta la atenuante de consumo continuado de sustancias psicotrópicas, como hachís y cocaína, por parte del acusado, cuya defensa solicitó la suspensión de la pena, algo que lo que el ministerio público no se opondrá siempre que el sujeto se someta a un programa de tratamiento del maltrato y lo lleve a cabo. Suceda lo que suceda con la condena a prisión, el hombre tendrá que indemnizar a su víctima con 4.500 euros.

En cuanto a la forma en la que a partir de ahora se desarrollarán los juicios, en las bancadas destinadas al público en las salas de vistas se han marcado aquellos espacios que deben permanecer libres para minimizar el riesgo de un potencial contagio. También llamó la atención que el tribunal dispusiese de un bote de gel hidroalcohólico o que el micrófono estuviese protegido mediante un plástico.