Vilagarcía lanza «Son da casa» como marca para el rearme local

Antonio Garrido Viñas
antonio garrido VILAGARCÍA / LA VOZ

SOCIEDAD

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«Temos que estar máis unidos que nunca», argumenta el alcalde Alberto Varela

22 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La inversión es generosa, pero Alberto Varela apela tanto al dinero que desembosará el Concello como al orgullo de los propios vilagarcianos para que Vilagarcía se rearme tras la pandemia y recupere el ritmo que tenía antes de la llegada del covid-19. La idea es abrir un enorme paraguas que se llamará «Son da casa» para que hosteleros y comerciantes puedan guaracerse bajo él, aunque sea en parte, hasta que el temporal vírico comience a escampar.

«Son da casa» se inscribe en un plan más ambicioso, que abarca también la cuestión social, puesto que los Servicios Sociales han tenido que atender en los últimos meses a 350 personas que nunca habían pedido ayuda. Varela también recordó las bonificaciones que las más 8.000 personas mayores de 65 años tendrán para hacerse con las mascarillas y las ayudas que en forma de material el Concello ha entregado a las personas más vulnerables, además de los programas de creación de empleo o la revisión de las ordenanzas fiscales que ya están en marcha.

El funcionamiento de «Son da casa» es muy sencillo. Los interesados en colaborar deberán conseguir los bonos en la entidad bancaria colaboradora por la cantidad de euros que consideren oportuna. Con ese bono podrá comprar en el comercio o gastarlo en el establecimiento de hostelería. El ciudadano pagará una parte y el Concello otra. Ravella destina a este frente dinamizador de la hostelería y el comercio local una importante cantidad de dinero y espera que se apunte la inmensa mayoría de los miembros de ambos sectores porque «non van ter máis que vantaxes», apunta Varela.

La iniciativa se pondrá en marcha a principios del próximo mes, según los cálculos que manera el Concello. Falta conseguir la aprobación del pleno para destinar la partida económica correspondiente, algo que sucederá en la sesión que está prevista para la próxima semana, y llegar a un acuerdo definitivo con alguna de las entidades bancarias con las que está en negociaciones.

La iniciativa se verá acompañada por una intensa campaña de publicidad para que la mayor parte de la población, y de los interesados, tengan constancia de ella y puedan ser partícipes.

«Vilagarcía é un exemplo de modelo de cidade, na que o primeiro son as persoas e temos que sacar partido dese sentimento de comunidade para estar máis unidos que nunca», apunta Alberto Varela. Evidentemente, la campaña tiene objetivo la revitalización de la hostelería y el comercio local, pero eso no excluye a que ciudadanos de localidades limítrofes puedan hacer también uso de los bonos, según apuntó el alcalde, que subrayó que los bonos tendrán fecha de caducidad.

«Son da casa» se suma así a las ayudas que Ravella ha anunciado para reactivar el tejido económico local: 300 euros para quienes han sufrido pérdidas pero han seguido trabajando en una sola actividad; 500 euros en la misma situación pero con varios negocios; otros 500 euros para quienes han tenido que cerrar una sola actividad; y 800 euros para los titulares de más de un negocio que se hayan visto obligados a parar las máquinas.

El PP defiende que el plan de ayudas municipales se amplíe a todos los epígrafes

El Partido Popular lamenta que el gobierno de Alberto Varela se muestre «inflexible e insolidario» frente a su petición de que las bases del plan municipal de ayudas para la reactivación económica puedan englobar a todos y cada uno de los profesionales de la ciudad, independientemente del epígrafe profesional o el sector en el que desarrollen su actividad. Los populares defienden la propuesta de que las bases se amplíen para acoger a todos aquellos profesionales que a día de hoy quedan fuera de la línea de ayudas previstas.

O Concello incumpre temporalmente a regra de gasto pese a ter superávit

O Concello terá que investir o actual préstamo (1,7 millóns) en dúas anualidades para poder cumprir coa regra de gasto que está vixente dende a etapa do ministro Montoro. «Coa actual crise sanitaria -argumenta o alcalde, Alberto Varela-, poucas entidades serán as que poidan cumprir. Parece un pouco absurdo que as administracións locais, que son as que mellor cumpriron coa contención do déficit e as que máis saneadas están, sexan precisamente as que máis impedimentos teñen para investir os seus propios cartos». Namentres non se pon solución a esta situación, o Concello dividirá o investimento do préstamo en vigor en dúas anualidades, de 900.000 e 800.000 euros, respectivamente,