La epidemia cambia de foco y castiga más a América Latina

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Vista aérea desde un dron de nuevas fosas abiertas para enterrar a las víctimas mortales de la pandemia en el cementerio de Vila Formosa, el más grande de América Latina, en Sao Paulo
Vista aérea desde un dron de nuevas fosas abiertas para enterrar a las víctimas mortales de la pandemia en el cementerio de Vila Formosa, el más grande de América Latina, en Sao Paulo PAULO WHITAKER | efe

Cuatro países tienen incrementos diarios de más del 3 % cuando ahora en Europa los contagios crecen por debajo del 1 %

28 may 2020 . Actualizado a las 18:55 h.

Entre los países del mundo más afectados por el coronavirus la mitad de los que registran un incremento diario de casos superior al 3 % se localizan en América Latina, que ahora ha cogido el testigo de Europa como el foco más preocupante de la epidemia en el mundo. Ya no son solo las cifras, sino que coinciden con lugares que no cuentan con sistemas sanitarios públicos como los europeos y que, en algunos casos, se topan con decisiones más que controvertidas por parte de sus Gobiernos nacionales.

Aun así, la situación de Estados Unidos no tiene parangón en el continente americano —ni en el mundo en su conjunto— porque ha superado ya los 100.000 muertos y los 1,6 millones de casos. Pero aunque sigue sumando del orden de los 15.000 positivos diarios, el incremento de la epidemia está en el 0,95 %, lo que marca una tendencia, de momento tímida, a la contención.

Sin embargo, en Brasil, donde el presidente Jair Bolsonaro se ha destacado por menospreciar la epidemia y está enfrentado con los expertos, los medios de comunicación e incluso el Tribunal Supremo, los positivos se siguen incrementando por encima del 3 % al día, con más de 11.000 casos nuevos en cada jornada, lo que convierte al país en el segundo del mundo con más casos (391.000) y 24.500 muertos.

Además, ahora el covid-19 está impactando de manera particular en las zonas rurales de Brasil, que no cuentan con los servicios sanitarios de las grandes metrópolis, que ya de por sí son deficitarios y hacen temer a la comunidad científica internacional que se está produciendo una detección de la incidencia muy por debajo de la real.

Nuevos casos cada mes

Al margen de estos dos gigantes —de 328 millones de habitantes (EE.UU.) y 212 millones (Brasil)—, la situación es preocupante en general en todo el continente. Ayer la directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Carissa F. Etienne, situó «el epicentro de la pandemia de coronavirus en las Américas» y mostró su «especial preocupación» por lo que está ocurriendo en América Latina. Son ya 2,4 millones de casos y al menos 143.000 muertos, aunque las estimaciones que maneja la OPS cifran los contagiados en cinco millones de personas y los fallecidos en 350.000.

Etienne incidió en que «el número de casos reportados la semana pasada en Brasil fue el más alto durante un período de siete días desde que comenzó el brote» de coronavirus, pero también llamó la atención sobre los 129.751 casos de Perú, los 77.961 de Chile, los 74.650 de México e incluso los 37.355 de Ecuador.

En Chile, su presidente, Sebastián Piñera, señaló que las ucis del país están al 86 % de ocupación y en la capital (Santiago) llegaron ya al 96 %, al borde del colapso, con lo ha decidido extender otras dos semanas más la cuarentena estricta. «Estamos muy cerca del límite», admitió.

Esta misma semana se publicó un estudio en la plataforma digital MedRxiv, firmado por los investigadores Eduardo A. Undurraga, Gerardo Chowell y Kenji Mizumoto, en el que afirman que «las estimaciones de gravedad del covid-19 en Chile indican un impacto desproporcionado entre las personas mayores, especialmente en las personas de más de 70 años», al estilo de lo que viene ocurriendo en los países europeos. Además, concluyen que «las tasas de letalidad en Chile sugieren que el sistema de salud aún no está abrumado, pero la epidemia se está expandiendo rápidamente», con lo que es cuestión de semanas o incluso de días que los servicios asistenciales se vean incapaces de atender a todos los enfermos.

Perú tenía antes de esta epidemia cien camas de cuidados intensivos, cuando solo en la red pública del Servizo Galego de Saúde había 166. El presidente peruano, Martín Vizcarra, anunció que las van a ampliar a 2.000 en las próximas semanas, porque incluso una de las estrategias más previsoras del continente se ha mostrado insuficiente. El Gobierno decretó el estado de emergencia sanitaria el 16 de marzo, solo dos días después que en España y cuando el impacto de la pandemia en Perú era aún testimonial. Sin embargo, después de cinco prórrogas, Vizcarra acaba de anunciar que estará vigente hasta el 30 de junio.

Hay varios motivos que explican que esta previsión de las autoridades peruanas no haya bastado para contener el coronavirus y que, en general, son aplicables a prácticamente todos los países de la región. Por una parte, se le pidió a la población que se quedase en casa, pero tres de cuatro peruanos viven de la economía informal y de los ingresos que obtienen día a día. Las salidas ciudadanas eran para aprovisionarse de alimentos, pero entorno al 20 % no cuentan con nevera en casa. Y se repartieron bonos sociales cuando apenas una tercera parte de los peruanos disponen de una cuenta bancaria para recibirlos. Así se formaron aglomeraciones en las sucursales y los mercados, que se han convertido en focos principales para la propagación del covid-19.

«Si no disminuimos el nivel de contagio en los mercados, no vamos a poder disminuir la infección», asegura Martín Vizcarra, cuya respuesta a la pandemia cuenta con la aceptación de más del 80 % de la población, algo impensable en España y en la mayor parte de países de Europa.