Ana Obregón comparte el «post» que Álex Lequio escribió antes de morir

Martín Bastos

SOCIEDAD

Europa Press

«Al final solo te llevas el tiempo y el amor que has dedicado a las personas que quieres», reflexionaba el joven sobre la felicidad y cómo el cáncer cambió su forma de ver la vida

01 ago 2020 . Actualizado a las 22:06 h.

Ana Obregón prosigue su duelo dos meses y medio después de la muerte de su hijo Álex Lequio víctima de un sarcoma de Ewing. Tras el funeral que el coronavirus obligó a posponer, la actriz y presentadora se marchó con su familia a Mallorca, un lugar al que se habrá tenido que enfrentar de nuevo la terrible falta de su hijo, pues allí veraneó durante su infancia y allí posaba para los fotógrafos en una especie de pacto para poder después disfrutar un poco más de un verano más íntimo. Ajena a las polémicas que han surgido a su alrededor en la última semana, primero con el programa dedicado a ella en Telecinco que fue objeto de numerosas críticas y más tarde por las durísimas declaraciones de Antonia Dell'Atte en Lazos de Sangre, Ana Obregón sigue como puede aprendiendo a vivir sin su único hijo. 

Desde que Álex Lequio murió, todas y cada una de las publicaciones de Ana Obregón en Instagram han sido en su honor. Primero con un desgarrador «se apagó mi vida», apenas unas horas después de conocerse su trágica muerte, pero también para agradecer el cariño tras el funeral, para recordarlo por su cumpleaños o para despedir a su perra, a la que su hijo tenía gran cariño. Ahora Ana Obregón ha publicado el post que Álex Lequio estaba preparando para su cuenta de Instagram, pero que el cáncer que sufría no le permitió ni siquiera llegar a terminar de escribir. 

«Hace un mes encontré en tu móvil el último post que escribiste. No tuviste tiempo de terminarlo ni de subirlo. He dudado mucho si hacerlo, pero sé que tú querías hacerlo», explica Ana Obregón en su cuenta de Instagram. «Hoy lo comparto con todos vosotros de parte de Áless desde el corazón mutilado de una madre», prosigue, junto a una foto de ambos tomada en cala Virgili, en Mallorca. 

«El problema más grande del ser humano -y el mío hasta que me dijeron que tenía cáncer- es la manera de entender la felicidad, de ser feliz. Me he pasado 27 años de mi vida intentando ser el mejor estudiante, graduarme en la mejor universidad, montar empresas y sentirme un cowboy del capitalismo, siempre anclado en el ‘más es mejor'. Todo precioso y bonito hasta que un día te dan la noticia y no sabes cuántos meses te quedan de vida. En un abrir y cerrar de ojos, te das cuenta de la importancia del ‘tiempo'. Mejor aún, te das cuenta cómo y con quién quieres invertirlo. ¿Cuántas veces no he estado con mi novia por quedarme enviando correos hasta las 3 de la mañana? ¿Cuántas veces he ido a jugar con mi hermanita pequeña? Cuántas veces habré ido a ver a mi madre? ¿Cuántas la he colgado? ¿Cuántas invitaciones rechazadas al cine con mi padre? Cuántas? CUÁNTAS????? No soy nadie para darte un consejo pero quizás, dios no lo quiera, un día recibas una llamada del hospital después de hacerte una tac, una placa o un análisis de sangre, invitándote a cerrar una cita con urgencia. Quizás ese día se sienten 7 médicos delante de ti y bum todas esas metas por ser un as se evaporan. Al final solo te llevas el tiempo y el amor que has dedicado a las personas que quieres, a las qué ... », publicó Ana Obregón, con la frase de su hijo aún sin terminar. 

«Mi Aless, ojalá lo hubiera leído antes de que partieras para decirte que has dado tanto amor en esta vida; a tus amigos, a tu novia, a tu familia y sobre todo a mí, que necesitaría 1 millón de vidas para agradecértelo. Tu mensaje llegará al corazón de muchas personas.#alessforever», escribía.

Alex Lequio compartía en abril su última publicación en redes sociales. Se trataba de una foto de cuando era pequeño junto a su prima Celia G. Vega-Penichet. «On and on, through eternity, we will shine together #fight #fight #fight», escribía junto a la imagen de los dos. 

 Unas semanas antes había publicado una imagen de la serie Dragon Ball, dedicada al hermano de María Palacios, Borja, que también lucha contra el cáncer, y al que Álex estaba muy unido.