La psicóloga de la alumna de taekuondo que denunció abusos: «Su entrenador era dios para ella»

E. V. Pita VIGO

SOCIEDAD

M.Moralejo

El abogado del profesor acusado pide la absolución, califica de «sainete» las acusaciones y alega dilaciones indebidas por el retraso del juicio por el estado de alarma del coronavirus

01 oct 2020 . Actualizado a las 00:22 h.

La psicóloga que atendió a la acróbata de 15 años que denunció abusos de su entrenador dijo que para la menor «era como un padre, como un dios». Considera que la adolescente se quedó «sorprendida» de que un profesor que ella tanto respetaba le hubiese realizado tocamientos a solas al ir a casa con la excusa de hacer ejercicios de expresividad. La abogada de la denunciante recordó que la menor sufre dos años después secuelas psicológicas.

La Fiscalía pidió que se añada la agravante de superioridad porque se valió de su ascendiente sobre la menor para perpetrar los abusos. Recalca que el profesor controlaba las vidas privadas de los alumnos, pues les vetaba a sus novios o los controlaba en Facebook o Instagram. 

En el juicio también se ha revelado que tras la denuncia de la familia, el profesor hizo un amago de cortarse las venas y dejó una nota manuscrita en la que pedía perdón a la madre de la víctima por haberse «revolcado» con su hija. Ve mucha casualidad que tras los primeros tocamientos, el entrenador entregase a la víctima su primer trofeo en su carrera deportiva.

La defensa dice que el entrenador «no era un Dios ni Zeus» pero sí exigía férrea disciplina a sus alumnos y que la perjudicada estaba estancada y necesitaba mejorar su expresividad. El abogado del acusado recuerda que el taekuondo acrobático no son artes marciales sino una disciplina que combina la danza y el baile con la gimnasia de exhibición, que exige otro tipo de ejercicios. Reprocha a las amigas de la víctima que se erigiese en la «Juana de Arco» incitando a la perjudicada a denunciar al entrenador. Ve detrás «tramoyas» y «sainetes» y montajes contra el profesor por parte de la víctima, su exnovio y la madre cuando él hacía masajes de estiramientos en el gimnasio «a la vista de todos».

La acusación particular dice que la prueba de que el profesor estaba excitado durante los abusos es que la niña, una vez que adquirió experiencia sexual, ya reconoció que el abusador había tenido una erección cuando estaba con ella a solas en casa.

El abogado pidió la absolución y, en caso de ser condenado, que se beneficie al implicado con la atenuante de dilaciones indebidas porque el juicio estaba fijado para abril y se suspendió debido al confinamiento y el estado de alarma, y se retrasó tres meses desde que se inició la desescalada.  

También pidió una atenuante de reparación del daño porque pagó una fianza pero la Fiscalía dice que eso no supone que hubiese adelantado una indemnización de 6.000 euros

La Fiscalía dijo que solo incluyó dos episodios de supuestos abusos y que el tercero en los vestuarios no lo puede probar.  

El acusado afronta cinco años de cárcel, ocho de inhabilitación para su oficio y pagar 6.000 euros a la víctima. El juicio ha terminado esta mañana en la Quinta Sección de la Audiencia de Pontevedra, con sede en Vigo.