El vórtice polar se ha debilitado: esto es lo que puede ocurrir en Galicia

Xavier Fonseca Blanco
X. Fonseca REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Agostiño Iglesias

La comunidad científica propone dos escenarios cada vez que se produce este fenómeno

22 ene 2021 . Actualizado a las 13:17 h.

La borrasca Filomena, que ha generado un temporal histórico, ha demostrado que a pesar de lo complicado que resulta predecir el comportamiento de la atmósfera debido a su naturaleza caótica, los modelos meteorológicos funcionan. Hace semanas que predijeron una cadena de eventos que se han ido cumpliendo uno detrás de otros. A finales del 2020 la comunidad científica empezó a informar sobre un inminente calentamiento súbito de la estratosfera. Un fenómeno que finalmente se consumó hace unos días y que produce notables consecuencias sobre las latitudes medias ya que ayuda a canalizar el aire frío del extremo norte del mundo hacia las regiones templadas. Y eso justo lo que ha pasado desde que comenzó el 2021. Una masa de aire gélido ha invadido buena parte del oeste de Europa, aportando uno de los ingredientes para que se materializara una nevada sin precedentes. El otro fue la humedad asociada a Filomena.

Ahora los modelos meteorológicos nos avisan de que el calentamiento de la estratosfera ha tenido otro efecto que es normal que ocurra, pero que también tiene una huella visible sobre el tiempo. El vórtice polar, un cinturón de vientos que concentra aire muy gélido, se ha debiliitado. Esto abre una nueva posibilidad para que todo ese aire frío descienda hacia las latitudes medias. En este sentido, cada vez que se produce el fenómeno, la comunidad científica trabaja con dos escenarios principales. En uno de ellos, las piezas encajarían de tal forma que llegarían masas de aire frío polar desde el continente a través de un corredor que formarían un anticiclón situado en las altas latitudes y una borrasca que a menudo suele localizarse sobre el Mediterráneo. Sería una masa muy gélida, pero seca. 

El otro escenario apunta a una mayor actividad ciclónica. El aire frío de origen polar sobre las latitudes medias ejercería de alimento para la formación de potentes borrascas que podrían afectar primero a los Estados Unidos y, tras cruzar el Atlántico, acabar impactando en el oeste de Europa. Por tanto, los efectos en Galicia estarían garantizados. La Oscilación Ártica (AO) y la Oscilación del Atlántico Norte (NAO) son las primeras que perciben los cambios. Actualmente se encuentran en fase negativa, lo cual suele frenar el avance del anticiclón de las Azores, nuestra barrera natural ante las borrascas. Por tanto, a pesar de que ahora mismo disfrutamos de una tregua y unas temperaturas que seguirán ascendiendo esta semana, no hay que fiarse. A medio plazo parece asegurada la actividad ciclónica. Habrá que estar pendientes de por dónde vienen los ciclones extratropicales, algunos de ellos con potencial explosivo, para saber qué esperar: lluvias intensas o frío polar.