Colegios de médicos apuestan por la sedación paliativa frente a la eutanasia

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Presentanción de la guía
Presentanción de la guía

«La sedación paliativa sí es una acto médico mientras que la eutanasia no es un tratamiento médico», afirma el director del Consejo General de Médicos

22 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Apenas un mes después de la entrada en vigor de la ley de la eutanasia, el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos ha presentado este miércoles una nueva guía de sedación paliativa con los protocolos y los fármacos que deberían conocer todos los profesionales para evitar el sufrimiento al final de la vida. «La eutanasia no es un tratamiento médico; la sedación paliativa sí es una acto médico», ha afirmado en rueda de prensa el director del Consejo, Tomás Cobo.

La guía ha sido elaborada junto a la Sociedad Española de Cuidados Paliativos y la intención es repartir miles de ejemplares entre los colegios médicos, estudiantes y residentes. La sedación paliativa, ha explicado el coordinador del texto, el doctor Marcos Gómez Sancho, es la disminución deliberada de la conciencia, con el consentimiento informado del paciente, para evitar un sufrimiento insostenible causado por un síntoma refractario, es decir, que ya no responde a los tratamientos disponibles.

Gómez Sancho ha querido dejar claro las diferencias con la eutanasia: la sedación paliativa alivia el sufrimiento del enfermo, no acaba con su vida. Se basa normalmente en las benzodiacepinas, no directamente en los barbitúricos, y siempre con las dosis mínimas para conseguir su objetivo, no con dosis letales. El resultado es una persona sin sufrimiento, no muerta.

«Les separa una raya muy fina, pero perfectamente nítida que permite diferenciar entre lo que es un acto médico y lo es que el acto eutanásico», ha insistido este especialista dedicado desde hace décadas a los cuidados paliativos.

Según sus cifras, entre un 50 y un 60 % de los enfermos al final de su vida van a necesitar sedación paliativa para tener una muerte apacible y digna. «No alarga ni acorta la vida. La diferencia está entre morir en paz o en una situación catastrófica», ha recalcado desde el convencimiento de que si estos tratamientos estuvieran generalizados no haría falta recurrir a la eutanasia.

Aprobar esa ley cuando «en media España no hay cuidados paliativos», a su juicio, ha sido empezar la casa por el tejado. Según ha apuntado, alrededor de 75.000 enfermos mueren cada año en España con un sufrimiento intenso y sin acceso a cuidados paliativos y faltan 71.000 camas en centros sociosanitarios para pacientes crónicos.

Y ha puesto como ejemplo el caso de Ángel Hernández, que ayudó a su mujer, enferma de esclerosis múltiple, a acabar con su vida y que ha sido absuelto tras la aprobación de la ley de la eutanasia. Llevaba más de diez años esperando una plaza en una residencia, ha recordado.

Como acto médico, se subraya que esta práctica no admite la objeción de conciencia, algo que sí se ha regulado para la eutanasia. Según el Consejo, todos los profesionales, también los médicos de atención primaria o los médicos rurales, deberían conocer los protocolos, que no se pueden aplicar tanto en el hospital como en el domicilio. La guía incluye un apartado sobre la sedación paliativa en pediatría, en el que se aconseja recabar el consentimiento escrito de los padres.