Ingresada con neumonía bilateral a los 22 años: «Esto no es ninguna broma»

Ángel Paniagua Pérez
Ángel Paniagua VIGO / LA VOZ

SOCIEDAD

El Sergas prevé un incremento de hospitalización de jóvenes
El Sergas prevé un incremento de hospitalización de jóvenes ANA VARELA

El 2 % de los gallegos entre 20 y 29 años se han infectado solo en las últimas dos semanas

22 jul 2021 . Actualizado a las 23:10 h.

Interrumpida por algún tosido, Paula Blanco Cortiñas confiesa que pasa los días un tanto aburrida, enganchada al móvil, encerrada en una habitación de la planta covid del Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo. Nunca en su vida había estado ingresada. No tiene ninguna otra enfermedad, pero la infección por el coronavirus le ha provocado, a sus 22 años, una neumonía bilateral, es decir, una inflamación de los dos pulmones. Solo en las últimas dos semanas, 4.900 gallegos de entre 20 y 29 años han recibido un diagnóstico de covid-19. No todos acaban en una cama de hospital, pero hay algunos que sí.

«Nunca me imaginé que iba a estar ingresada en el hospital», reconoce. Cuando supo que tenía el covid-19, pensó «que lo pasaría en casa, como un catarro». Había leído que los jóvenes no tienen apenas riesgo y que el covid es algo parecido a «un catarro fuerte». Así que el martes de la semana pasada, cuando fue con fiebre al punto de atención continuada y le hicieron una prueba rápida de detección de antígenos, se resignó a tener que quedarse unos días sin ir al trabajo y con malestar.

No sabe cómo se contagió. Paula trabaja como cajera en un supermercado y, que sepa, no tuvo contacto con nadie que tuviese el virus. «El sábado y el lunes trabajé, y el domingo no salí ni estuve con nadie que tuviese el coronavirus», asegura. El martes ya estaba en urgencias. Supone que pudo contagiarse en el trabajo, no se le ocurre ninguna otra opción. Sus padres y su hermana, con quienes convive, han dado negativo en las pruebas.

Pero la cosa se complicó. Cada día se encontraba peor, tenía más tos, constante malestar y el pecho le iba doliendo más y más. Hace tres noches ya no aguantó. Después de un fuerte ataque de tos tuvo que llamar al 061 para que una ambulancia la recogiese en su casa. Y ahora está aburrida en una habitación del Cunqueiro, aunque afortunadamente mejor «y menos preocupada». Su evolución es buena. Ayer ya no tenía fiebre, la tos sigue interrumpiéndola cuando habla pero ya no le da tanto la lata. Eso sí, la comida ha perdido algo de sabor.

Hace casi 17 meses que el coronavirus llegó a Galicia. Desde entonces, el 5,3 % de los gallegos han tenido un diagnóstico positivo en covid-19. Solo en las últimas dos semanas se han infectado el 2 % de quienes tienen entre 20 y 29. «Si tuviera que decir algo a las personas de mi edad, les diría que se tomen esto muy en serio, que no es ninguna broma», avisa Paula desde la habitación del hospital.

En las últimas semanas, las autoridades sanitarias han advertido que hay jóvenes contagiados que no dicen el nombre de las personas con las que han estado en contacto estrecho, es decir, a menos de dos metros de distancia durante al menos quince minutos y sin mascarilla. Los contactos tienen que hacer una cuarentena de al menos diez días porque durante ese tiempo pueden desarrollar la infección sin saberlo, aunque en la primera PCR den negativo. «Lo entiendo, es una forma de no fastidiar a los demás», dice Paula, «pero si no somos sinceros no paramos esto». Y cualquiera sabe que no todo el mundo cumple: «Conozco gente que está en discotecas o de fiesta sin mascarilla».

Paula Blanco no podrá vacunarse hasta enero. La inmunización de la gente de su edad comienza de forma general la próxima semana, pero quien ha pasado la infección tiene que esperar seis meses. Ella lo tiene claro: «En cuanto me llamen, me la pongo. Sin duda».