Sara Sálamo considera «insostenible» dejar a su hijo de dos años llorando en la guardería

La Voz

SOCIEDAD

Josefina Blanco | Europa Press

La actriz desata una polémica en redes sociales al confesar que rechaza mandar a su pequeño a clase entre lágrimas

17 sep 2021 . Actualizado a las 09:11 h.

En estos días de vuelta a clase, Sara Sálamo ha desatado una tormenta en redes sociales al denunciar el modo en que se realiza la adaptación de los niños más pequeños al entorno escolar. La actriz ha puesto en cuestión la arraigada costumbre de dejar a niños y bebés llorando en las aulas a la espera de que se adapten al nuevo entorno entre lágrimas. En cambio, apuesta por configurar unos nuevos períodos de adaptación que hagan el proceso más llevadero para los pequeños.

Su postura ha desatado un gran debate en redes sociales, con opiniones encontradas que apoyan o critican su planteamiento.

La controversia empezó cuando Sara Sálamo publicó una respuesta a una publicación de la psicóloga Paola Roig que dejaba un mensaje contundente: «Dejar a nuestras criaturas llorando el primer día de escuela no es normal». Roig compara esta práctica con el método Estivill, que abogaba por no coger a los bebés de la cuna cuando lloraban para que aprendieran a dormir, y critica que al empezar al colegio se vuelva a la antigua «mano dura».

«Ya no trago más. Dejar a una criatura de 1,2 o 3 años en un lugar que no conoce, con personas a las que no conoce de nada, el primer día que pone un pie en ese espacio, es violento», subraya Roig.

A este mensaje publicado en Instagram contestó Sara Sálamo para mostrar su apoyo y contar su propia experiencia con su hijo de dos años. «Cien por cien de acuerdo. Mi hijo de dos años sigue sin ir a la escuela porque se dio esta situación y, para mí, era insostenible que pasara por algo así», escribió.

Tras la controversia desatada por su opinión, la actriz publicó después un mensaje en el que desarrolla su propia visión de la crianza. «No. No estoy preparada para desaparecer de tu vista y que pases una, dos o seis horas llorando esperando a ver si vuelvo. No. No estoy criticando a las familias que se ven sometidas a tener que hacerlo. No. No estoy de acuerdo en que “lo que hemos hecho siempre” es lo que está bien. No. Mi madre y mi padre NO minimizaron mi dolor y el que yo no estuviera preparada para pasar tantas horas en un lugar que nunca había visto, rodeada de desconocidos. Así que también buscaron otra alternativa hasta que cogí la seguridad necesaria. No. No pienso que validar los sentimientos de mis hijos les convertirá en unos malcriados. No. No soy de las que cuando se caen les digo “no pasa nada, tú eres muy fuerte”. Sino les ofrezco mi ayuda y les abrazo».

Sálamo, que tiene dos hijos pequeños con el futbolista Isco Alarcón, admite que ella habla desde una posición privilegiada que no está al alcance de todas las familias, ya que son muchas las que necesitan dejar a sus hijos en colegios y guarderías para poder conciliar la vida familiar y laboral. «Es una obviedad que hablo desde un lugar de privilegio. Donde soy una mujer blanca, heterosexual y europea que puedo llevar a mis hijos conmigo al trabajo o contratar a alguien para que cuide de ellos en casa. Pero desde mis sitios de privilegio también puedo denunciar que las cosas no están bien hechas. Que la conciliación es una utopía. Y que no creo que ningún padre o ninguna madre se sienta cómoda dejando a sus hijos en manos de una maestra (desconocida totalmente por nosotros y nuestros bebés) cuando llora de forma desconsolada».

Admite que, aunque no conoce la solución a este problema, como personaje popular siente «la responsabilidad de generar un debate» sobre el tema para intentar cambiar las cosas observando las experiencias de otros países, como Finlandia, Inglaterra y Alemania, donde tanto los períodos de adaptación como la bajas de maternidad y paternidad son muy diferentes a los de España. También defiende que la conciliación no pase por lastrar las carreras profesionales de las mujeres.